Aquí también la lucha es de clases... - Por Iván Padilla Bravo
"De proletarios contra burgueses, de explotados contra explotadores, de pobres contra ricos, de solidarios contra individualistas".
11 agosto, 2019
category: FORO DEBATE
Sí… De proletarios contra burgueses, de explotados contra explotadores, de pobres contra ricos y -hoy es cada vez más claro- de solidarios contra individualistas.
Si algo ha puesto en claro la hegemonía del pensamiento neoliberal que, con tantas amenazas y bombarderos acosa a la humanidad, es que la lucha de clases tiene hoy un ámbito de expresión determinado por el imperio del individualismo.
Se sabe hace mucho rato -muy a pesar del interés por presentarlo como si se tratase de lo mismo- que no es lo mismo individuo que su expresión socipatológica y paroxística de individualismo, deformada así por el capitalismo en contra de las respuestas colectivas de una sociedad culturalmente organizada con base en sus intereses de clase proletaria. La revolución por alcanzar el comuinismo, la sociedad de los comunes o iguales, es también la revolución por la realizacióin plena de los individuos.
La lucha de clases, en el fondo y mirando la confrontación de cosmovisiones entre proletarios y burgueses, es una lucha entre el pensamiento del egoísmo que impone el dominante capitalismo y el pensamiento de la amorosa humanidad que se propone alcanzar el pujante socialismo o la sociedad de las y los solidari@s.
La irrupción del neoliberalismo como «fase superior del liberalismo» inherente al capitalismo, ha exacervado el conjunto de antivalores que les caracteriza en la entronización del individuo por encima del colectivo. La propaganda, la ideologización a través distintas herramientas mediáticas y de los llamados (ver a la clasificación hecha por Louis Althusser) «aparatos ideológicos de Estado» (del Estado capitalista y no de una determinada Formación Social, que bien pudiera llamarse Venezuela, Argentina, Francia o de cualquiero otra manera) conducen a que las respuestas individualistas, que imitan a los grandes burgueses -acumuladores históricos de riqueza y poder en pocas manos- intenten ser emuladas a través de «negocios» o de acciones en las que el individuo es autosuficiente y no sólo no necesita del otros, sino que lo desprecia, lo aparta y es capaz de eliminarlo con tal de alcanzar su objetivo individual.
En las actuales agresiones del imperio -utilizando como «vocero transitorio» al supremacista dictador que gobierna en EEUU (Donald Trump, en este momento), pero lo hace para el mundo entero ordenado por los amos globales- las estrategias forzadas desde sus aparatos en el Departamento de Estado, en la CIA y el Pentágono, al querer «quebrar» la estabilidad y soberanía de pueblos, como el venezolano o el cubano (para nombrar tan solo dos de los objetivos más visible en la actual coyuntura), no sólo recurren a la asfixia económica y al terror político-militar, sino que, sobre todo, en cada una de sus acciones subyace la estrategia de vencer cuando logran captar para su cosmovisión a un nuevo individuo que «salta la talanquera» hacia el campo de los egoístas.
Es en esta confrontación de cosmovisiones, como clases socioeconómicas, donde está presente una de las más peligrosas perpetuaciones del dominio del capital sobre el planeta. Es la victoria sobre los cerebros colonizados, sobre las conciencia ideologizadas. Muchas veces los explotados, organizados, podemos dar muestras de victorias políticas que pudiesen distraernos del demoledor efecto que desempeña el pensamiento burgués como exterminador de la memoria, de las culturas originarias, de las culturas de la insurgencia e insubordinación, fenómeno que no siempre se aprecia a simple vista pero que puede estar presente en detalles que nos distraen de resistir y conducen a optar por huir, como ocurre en las migraciones estimuladas para «apartarse de Maduro» o para escindir, dividir, ya que no se le puede vencer. Apartarse de la revolución chavista, Bolivariana, socialista, proletaria, por arrinconarse en el «placer» de estar individualmente a salvo, es una victoria enemiga.
Como vanguardias de la Revolución, nustros líderes deben estimular la reflexión y contención sobre estos hechos. Saber entrender que la lucha es hoy entre solidarios e individualistas obliga a incorporar acciones de masas, entre las que está una en la que Chávez nos propuso avanzar cuando ofrecía la posibilidad de convertir a «toda la Patria en una escuela». Estamos a tiempo. Es un asunto de conciencia, de conciencia de clase, por supuesto.
Ilustración: Iván Lira
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