Asumió Bolsonaro y prometió «acabar con las ideologías»
Jair Bolsonaro aseguró que trabajará para un país «libre de amarras ideológicas» y para eso prometió «unir al pueblo, valorar la familia, respetar las religiones y nuestra tradición judeo-cristiana y combatir la ideología de género».
En su primer discurso tras jurar como presidente de Brasil, Bolsonaro aseguró que una de sus prioridades será «proteger y dar vigor a la democracia brasileña».
Bolsonaro pidió a los legisladores presentes en la ceremonia de juramento que ayuden a «restaurar y levantar nuestra patria, liberándola del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica».
Bolsonaro tomó posesión este 1 de enero como presidente de Brasil, al jurar el cargo en el Congreso Nacional, ante las máximas autoridades del país y unas 60 delegaciones extranjeras, 12 jefes de Estado, 11 cancilleres y tres vicepresidentes.
Leyó en la Cámara de Diputados su promesa de «mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, promover el bien general del pueblo brasileño, sostener la unión, la integridad y al independencia de Brasil». Lo mismo hizo el vicepresidente del país, el general Antonio Hamilton Mourão.
La ceremonia de toma de posesión incluyó el desfile de la comitiva presidencial a lo largo del kilómetro de extensión entre la catedral y el Congreso Nacional, que Bolsonaro realizó subido en el tradicional Rolls Royce de los años 50.
En medio de un fuerte esquema de seguridad Bolsonaro saludó a decenas de miles de simpatizantes que llegaron hasta el centro de Brasilia.
En cuanto a algunas de las medidas prioritarias en su próximo Gobierno, señaló que su objetivo en las escuelas es que se formen personas que se integren en el mercado de trabajo y no «militantes políticos».
También pidió a los diputados y senadores brasileños que ayuden al nuevo Gobierno a dar «respaldo jurídico» a los policías y militares «que trabajan por Brasil», en clara referencia a su idea de que los policías maten a delincuentes.
En el ámbito económico, Bolsonaro prometió reformas estructurales, aseguró que el Gobierno no gastará más de lo que recauda y subrayó que Brasil se abrirá al comercio internacional.
Anunció, sin dar muchas precisiones, reformas estructurales para sanear las cuentas públicas para “no gastar más de lo que se recauda”.
«Necesitamos crear un circulo virtuoso en economía que genere confianza y estimule no sólo nuestro mercado sino también el comercio internacional con todos los países y sin amarras ideológicas», señaló.
También confirmó, tal como se anunció en la campaña electoral y en los días previos a asumir, que el sector agropecuario, responsable de la mayoría de las exportaciones brasileñas, tendrá un papel decisivo en su gobierno.
Agregó pondrá fin a «prácticas nefastas» porque esa “irresponsabilidad nos condujo a la mayor crisis ética, moral y política de nuestra historia».
Durante su discurso mencionó muchas veces a Dios, desde su agradecimiento por recuperarse del atentado que sufrió en la campaña electoral hasta el cierre de su discurso: «Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos».
El ultraderechista Bolsonaro recibió el Gobierno del presidente no electo Michel Temer, quien llegó al poder tras el golpe parlamentario contra la presidenta electo Dilma Rousseff.