Bloqueo a Cuba: Washington entra en conflicto con la UE
Ignacio Díaz – América XXI
El Secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, anunció este miércoles que el Gobierno reactivará a partir del 2 de mayo el Título III de la Ley Helms-Burton, impuesta en 1996 para reforzar el bloqueo contra Cuba. Ese punto habilita la presentación de demandas contra empresas extranjeras que tengan negocios en la Isla.
“A partir del 2 de mayo, los ciudadanos de Estados Unidos podrán hacer demandas judiciales por tráfico de propiedades que fueron confiscadas por el régimen cubano”, anunció Pompeo. Se trata de una norma violatoria del derecho internacional que llevaba más de 22 años suspendida en Estados Unidos. “Se suspendió esperando que el régimen cubano pasara a la democracia, pero el gobierno de Trump reconoce la realidad: los dictadores ven las postergaciones como una debilidad”, argumentó el Secretario de Estado.
Como ya es habitual, la declaración de Pompeo volvió a indicar que Cuba es responsable de “mantener a Maduro en el poder” en Venezuela, hecho que el Departamento de Estado considera como una “amenaza a la seguridad nacional” de Estados Unidos.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, rechazó enérgicamente el anuncio de Pompeo. “Es un ataque al Derecho Internacional y a la soberanía de Cuba y de terceros Estados. La agresiva escalada de Estados Unidos fracasará. Como en Girón, venceremos”, comunicó a través de Twitter.
Relaciones Cuba-UE
El fondo de la cuestión es la profundización de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea (UE). Un día antes del anuncio de esta medida, el gobierno cubano ratificó el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación con la UE y sus Estados Miembros, en clara demostración de que las relaciones bilaterales siguen en aumento.
El presidente Miguel Díaz-Canel estuvo en Francia y el Reino Unido en noviembre último y en mayo del mismo año ambas partes celebraron en Bruselas el primer Consejo Conjunto, luego que entrara en vigor el acuerdo de diálogo ratificado este martes en Cuba. Desde entonces, ya hubo cinco diálogos oficiales sobre distintos temas.
“No cambiará la actitud frente a los que sostienen la espada contra nosotros. Los cubanos no nos rendimos, ni aceptamos leyes sobre nuestros destinos que estén fuera de la Constitución. En Cuba mandamos los cubanos”, reaccionó Diáz-Canel a través de Twitter luego del anuncio de Pompeo.
Hasta aquí, las reacciones previsibles. Sin embargo, el bloqueo contra Cuba es ahora respondido de manera enérgica desde la Unión Europea, cuyas empresas tienen intenciones de aprovechar la reciente apertura a la inversión extranjera en la isla.
Europa enfrenta a Estados Unidos
La respuesta formal de la UE llegó a través de su máxima autoridad para los asuntos exteriores, Federica Mogherini, y la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, que firmaron una declaración conjunta en rechazo a la decisión del gobierno estadounidense.
“La Unión Europea reitera su más firme oposición a la aplicación extraterritorial de medidas unilaterales relacionadas con Cuba por ser contrarias al derecho internacional”, se lee en el comunicado oficial. A su vez, la UE denuncia que Estados Unidos comete con esta decisión “una violación de los compromisos asumidos en los acuerdos bilaterales (UE-USA) de 1997 y 1998”.
El bloque podría hacer uso del Estatuto de Bloqueo de la UE, instrumento que “prohíbe la ejecución de sentencias judiciales de Estados Unidos relacionadas con el Título III de la Ley Helms-Burton dentro de la UE, y permite a las empresas de la UE demandadas en Estados Unidos recuperar a través de tribunales europeos cualquier daño sufrido como consecuencia de procesos legales iniciados en ese país”, advierte la declaración.
Ambas funcionarias europeas ya habían advertido en una carta formal a Pompeo de que la UE podría abrir una disputa formal contra Estados Unidos en la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero la amenaza no surtió efecto.
Según comunicó el Departamento de Estado, la Comisión de Resolución de Reclamos Internacionales certificó casi 6 mil demandas por propiedades estadounidenses nacionalizadas en Cuba desde la irrupción de la Revolución Cubana en 1959, por un valor que asciende a unos 2 mil millones de dólares. Funcionarios de Trump declararon a su vez que ese monto podría cuadruplicarse con la aplicación de intereses.