“Bolsogate”: el caso que complica a Bolsonaro
Policías retirados y el presidente electo de Brasil están investigados por formar una presunta organización delictiva que habría lavado dinero proveniente de sobornos de empresas del transporte. Con esta sombra a cuestas, Jair Bolsonaro asumirá el poder del mayor país latinoamericano este 1 de enero.
La punta del caso empieza en Fabrício Queiroz, exasesor del diputado estadual y senador electo Flávio Bolsonaro, hijo del futuro presidente de Brasil. En entrevista a la cadena televisiva SBT, Queiroz afirmó que revende automóviles. Lo hizo luego de que el Consejo de Control de Actividades Financieras registrara “movimientos atípicos” de más de 1,2 millones de reales por parte de este exasesor.
“Soy un hombre de negocios, hago dinero, compro, revendo, compro automóviles averiados a las aseguradoras, revendo automóviles, siempre fui así”, declaró Queiroz por televisión. Aunque aseguró que ganaba unos 10 mil reales por mes como asesor, dijo que tenía ingresos mensuales por unos 24 mil reales, incluyendo su remuneración como policía y sus negocios personales.
Entre los “movimientos atípicos” registrados por los organismos oficiales también se incluye el depósito de un cheque de 24 mil reales en la cuenta de la esposa del presidente electo, Michelle Bolsonaro. Su marido aseguró que eran pagos recibidos por un préstamo hecho a Queiroz.
Presunto testaferro
El problema es que este hombre, según investigaciones periodísticas, llegó a recibir hasta el 99% de los ingresos percibidos por funcionarios del gabinete de asesores de Flávio Bolsonaro en su cuenta personal. El Ministerio Público de Río de Janeiro solicitará al hijo del presidente electo que preste declaración sobre el caso el próximo 10 de enero.
Lo que se sospecha en Brasil es que Queiroz estaría relacionado con las milicias paramilitares y parapoliciales de Río de Janeiro, que pasaron a controlar buena parte de los negocios ilegales que estaban en manos de los grupos narcotraficantes. Además, habría lavado dinero de coimas pagadas por empresas del transporte a la familia Bolsonaro, de la cual podría ser un testaferro.
La presunta red de corrupción incluye a la familia y a un conjunto de policías retirados posiblemente vinculados a las milicias ilegales. Desde el Congreso, Bolsonaro designó como asesora a la hija de Queiroz -que nunca se trasladó a Brasilia- y aseguró tener una amistad de más de 30 años con el acusado.
Además del presidente Jair y el senador electo Flavio, la familia Bolsonaro tiene al diputado más votado del país: Eduardo, hijo del próximo mandatario brasileño. El tercero de los hijos, Carlos, trabaja en la comunicación a través de las redes digitales, un tema que fue foco de investigaciones judiciales por la difusión de mentiras durante la campaña presidencial.