Duque viajó, pero no se reunió con los indígenas
En la población de Caldono, departamento del Cauca, la silla que llevaba el cartel “Presidente Iván Duque” quedó vacía. Hasta allí viajó el presidente de Colombia, luego de los acuerdos alcanzados el fin de semana con los sectores que llevaban más de tres semanas de protesta en la región, en el marco de la minga nacional indígena.
Este lunes, sin embargo, dirigentes indígenas y campesinos habían anunciado que a nivel nacional la protesta no está terminada e incluso enarbolaron la consigna “de la minga al paro nacional”, para fomentar la unión de distintos sectores del campo y la ciudad mediante un paro de actividades. VER: MINGA CONTINÚA EN ASAMBLEA PERMANENTE
Después de casi un mes de espera, finalmente los dirigentes indígenas del Cauca iban a reunirse con Duque este martes, pero no hubo acuerdos sobre las condiciones y protocolos de ese diálogo, por lo que el presidente colombiano regresó a Bogotá.
Quien más conspiró contra el encuentro fue el fiscal general, que este lunes comunicó públicamente que “algunos grupos armados que se han infiltrado en este movimiento social e indígena” podrían realizar “un acto terrorista que pudiera afectar al presidente Duque”. Sin mayores informaciones que justificaran semejante declaración, quedó claro que un sector del poder colombiano se oponía a ese encuentro público.
Antes había sido el propio expresidente Álvaro Uribe, quien impulsó la candidatura presidencial de Duque, el que criticó públicamente que el Gobierno firmara los acuerdos con la minga y no denunciara a los manifestantes como “terroristas” y “guerrilleros”.
La minga rechazó la denuncia como un montaje, pero el Gobierno impuso una reunión a puertas cerradas en vez de un debate público en la plaza central del pueblo. Los indígenas no aceptaron el cambio de planes y se sentaron a ocupar sus lugares en la plaza para cumplir la consigna de dar un debate de cara al pueblo.
Las imágenes tomadas en Calondo mostraron un ambiente de calma total, con dirigentes indígenas, niños y ancianos esperando al Presidente, quien se marchó sin dar el diálogo prometido el día anterior, presionado por sus propios aliados políticos.
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