En la culminación del año – Por Juan Alberto Remedi
26 diciembre, 2018
category: FORO DEBATE
Estados Unidos siguió generando hechos funcionales al logro de “su única” hegemonía planetaria, orientándose centralmente al ajuste de cuentas con Rusia, China e Irán, dinamizado a la vez objetivos más amplios como arrodillar a Afganistán, África Central, el Cáucaso y América Latina, acelerando como nunca antes sus objetivos básicos para la obtención de dicha supremacía: 1) dominar a China porque esto le otorgaría el único poder en Asia; 2) debilitar a Rusia y aislarla de Europa 3) derrocar el gobierno de Irán y así aumentar su poder en el mercado petrolero y el mundo musulmán.
De pronto en Francia, como algo mágico, emergen las energías movilizadas de desocupados, jubilados sin posesiones para exhibir, junto a pequeños comerciantes de las zonas rurales, jóvenes y mujeres amuchados bajo el paraguas de los denominados “chalecos amarillos”, reflejando una vez más a una parte del pueblo haciendo gala de sus tradiciones históricas de rebeliones, alzamientos y revoluciones, contra la explotación- opresión, destacándose (sin ser las únicas) la “Comuna de Paris” en el año 1871, primer gobierno de la clase obrera mundial, y el llamado mayo Francés en 1968.
En nuestra región, luego del triunfo de los sectores neo-fascistas periféricos con Jair Bolsonaro en Brasil, se implementa una nueva operación golpista contra el Gobierno Bolivariano de Venezuela, a realizarse, si les es posible, luego de la asunción de Nicolás Maduro al nuevo periodo presidencial (2019-2025). Algunos mandatarios discuten el retiro de sus embajadores a partir del 10 de enero próximo. Se proponen alzarse en armas contra el pueblo y gobierno elegido a través del voto popular, contando con el apoyo de comandos estrenados por los Estados Unidos a través de Colombia, con planes de ingresar a dicho país utilizando la máscara de una “insurrección popular”, viabilizando la invasión planeada. Mauricio Macri es uno de los alentadores de la movida, levantando la consigna de “restablecimiento de la democracia” junto a Jair Bolsonaro de Brasil, Iván Duque de Colombia, y Sebastián Piñera de Chile, bajo la supervisión y coordinación del Departamento de Estado norteamericano.
Las mayorías sufrientes y pensantes de nuestro país pasamos un año caracterizado por el hambre, miseria y desocupación de los de abajo, con cifras alarmantes mostrando la existencia de 180.000 desempleados más que hace un año, baja de salarios, saqueos, políticas mafiosas en general y en particular contra los jubilados; quita de presupuestos para educación, cierre de establecimientos escolares, de pequeñas y medianas empresas, con el peor ejercicio económico desde el año 2002, mientras se les brinda rienda suelta a las ganancias concentradas de los bancos, complejo agro industrial y empresas energéticas con sus socios en el gobierno, generando aún más desigualdad. La única respuesta de la administración es mayor miseria, represión y muertes con el pretexto de la lucha contra las mafias, es decir contra ellos mismos, y el “tráfico de drogas”, al compás de delegar la dirección del país al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Se puede afirmar (a pesar de los pasos dados) que la carencia de unidad de los sectores populares permitió al presidente la toma de un nuevo descanso sin conflictos capaces de intranquilizarlo, comprando por muy poca plata “sus vacaciones en paz”: unos 5.000 pesos para el 33% de los trabajadores y algunas miserias para los adjudicatarios de planes sociales, dejando de lado como siempre a los sectores de la tercera edad. El reparto de huesitos pobres de carne se dio por la imposición de luchas en diferentes grados, no fue un regalo, y de última porque ya está lanzada la campaña electoral, sin nada nuevo surgiendo en el horizonte, solo más de los mismo, con empresarios, sectores políticos y sindicales defensores del régimen requeridos por la justicia, acusados de procederes mafiosos y corruptos, manifestándose en ese marco la desesperación gubernamental por salvar a sus pares dueños de grandes empresas, para lo cual cuenta con el apoyo, entre otros, del expresidente Eduardo Duhalde.
Tan solo las movilizaciones callejeras en defensa de los propios intereses en unidad y coordinación podrán salvar a los pueblos Norteamericano, Francés, Latinoamericano y del conjunto del planeta de las garras del capital en su etapa financiera, senil y parasitaria, sufriendo una aguda crisis civilizatoria y dispuesto a seguir exterminando a la humanidad con el desenfrenado ataque al medio ambiente en búsqueda de mayores ganancias sin importarle nada más, sumándole la perspectiva cierta de una guerra nuclear liquidando todo lo viviente en el planeta.
Por lo expuesto, es alentador recordar las experiencias del mayo francés y al unísono en nuestro país del “Cordobazo”, o los sucesos del año 2001 con la consigna “que se vayan todos”, como así también las diferentes revoluciones concretadas por encima de sus desenlaces.
Tan solo los pueblos unidos en coordinación de accionares salvarán a los pueblos.
Paraná (Entre Ríos), diciembre 2018