En Israel se consolida la alianza de extrema derecha
Pese al empate técnico entre los dos partidos más votados en las elecciones de Israel, el primer ministro Benjamin Netanyahu quedó cerca de lograr los apoyos necesarios para iniciar su quinto mandato al frente del estado de Israel con una nueva coalición de extrema derecha.
La renovación de los 120 escaños del Parlamento israelí en los comicios de este martes terminó con una paridad entre el actual líder del régimen y su principal adversario, el exjefe del Ejército Benny Gantz, aunque Netanyahu parece estar en condiciones de formar Gobierno.
Con el 97 % de los votos escrutados, el partido Likud de Netanyahu y el Azul y Blanco de Gantz lograron 35 escaños cada uno en la Knéset, nombre del Parlamento israelí.
Pero Netanyahu puede conformar la mayor alianza en la Cámara, basándose más que todo en su ideología de extrema derecha que le permite sumar a sectores radicales como los ultraortodoxos del Partido Shas.
En medio de la profundización de la extrema derecha, el Partido Laborista, principal formación de «izquierda» para el concepto israelí, sufrió la peor derrota de su historia, al pasar de 19 a 5 escaños.
La campaña de Netanyahu consistió, básicamente, en prometer anexar territorios sirios y palestinos y en acusar a Gantz de querer aliarse con la izquierda y los partidos árabes.
En verdad, el disgusto de algunos militares como Gantz con el mandatario parte de la intensificación de la ilegal colonización de los territorios ocupados de Cisjordania que hace temer el estallido de un inseguridad política en medio oriente.
Las elecciones habían sido convocadas por el propio Netanyahu en diciembre de 2018 en medio de una crisis de su gabinete y nuevas acusaciones de corrupción en su contra.
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