La necesidad urgente de que Maduro se rodee de nuevos cuadros – Por Luigino Bracci Roa
05 enero, 2018
category: FORO DEBATE
Cada vez que Nicolás Maduro anuncia un nuevo cambio de ministros, generalmente es blanco de acusaciones de parte de muchas personas porque, en la gran mayoría de los casos, simplemente se rota en sus cargos a un grupo muy pequeño. «¡Siempre los mismos! ¿Es que no hay más gente en este proceso?», es la pregunta que se hace mucha gente en las calles y en las redes sociales.
Sin embargo, casos como el recientemente ocurrido con la empresa Citgo, en la que seis altos directivos, con el aparente apoyo del presidente de Pdvsa, decidieron colocar a esta gigantesca empresa refinadora de petróleo y vendedora de gasolina, responsable de una inmensa parte de los ingresos de divisas al país, como garantía para una inversión cuyo fin era enriquecerlos ilícitamente, es sin duda para pensar mucho.
Estamos hablando, en primer lugar, de una empresa gigantesca, que cuenta con 6.000 estaciones de servicio, 3 refinerías, 48 terminales de almacenamiento y distribución y decenas de miles de empleados en suelo estadounidense. Genera ingresos de miles de millones de dólares anuales, vitales para nuestro país. En medio de la crisis que vive Venezuela, el que algún día esa garantía terminara ejecutándose, Citgo fuera embargada y pasara a ser propiedad de prestamistas estadounidenses, hubiera acentuado inmensamente la crisis que vivimos, a un punto indescriptible.
¿Cómo es posible que seis altos directivos, quienes ya de por sí vivían muy bien gracias a sus altos cargos, hubieran podido confabularse de esta manera, sin que ninguno de ellos protestara o denunciara esta marramucia, o su conciencia los reprendiera? Peor aún: parece que algunos actuaban como espías del gobierno estadounidense, y hasta se habían sacado la nacionalidad de ese país para estar mejor «protegidos».
Cosas como estas sin duda que deben hacer que Maduro se piense muy bien antes de incluir en su equipo a personas de quienes no tenga referencias, que no considere probos o de quienes no haya garantías de que sean honestos, leales, eficientes, buenos en su área y con ideología sólida. Sin duda que son muchos requisitos. Y tantas traiciones tan graves que ha sufrido este proceso (basta recordar a Miquilena, Baduel, Rodríguez Torres y otras personas que en su momento eran queridas y muy estimadas por el pueblo chavista) han hecho que se desconfíe de cualquier nuevo cuadro.
Mismas personas en los cargos, rotadas cada pocos meses
Pero, por otro lado, la reutilización de un pequeño grupo de personas en una gran cantidad de cargos también tiene sus consecuencias. De repente, alguien lo hizo muy bien en un cargo, porque es muy buena en el campo en el que se le asignó, es lo que conoce y lo que estudió. Pero luego se le coloca en otro cargo en el que no tiene experiencia o capacidad. Y pone la torta. Y luego la movemos a otro cargo que tampoco conoce, y también lo hace mal. Y la movemos a otro, y lo hace peor. Así terminamos «quemando» a buenos cuadros, en vez de dejarlos en cargos que sí dominan y conocen.
También ocurren otros casos, en los que a una misma persona se le colocan 6 o 7 cargos distintos:
- Ministro del poder popular
- Presidente de dos o tres instituciones
- Vicepresidente de área
- Vicepresidente del Partido para la región tal
- Jefe de campaña del candidato tal
- Supervisor de las UbCh de la zona tal
- Encargado de la base de misiones del sector x.
Y es imposible que alguien que tenga tantos cargos pueda hacerlo bien con todos. Termina desgastado, cansado y desprestigiado.
Supe que algo así pasó con uno de los ministros de Cultura que tuvimos este año: además de ministro, tenía varias funciones y cargos adicionales, entre ellas las de asumir roles internacionales en un momento muy crítico para el país. Le costaba muchísimo cumplir con sus deberes como ministro: tenía cientos de papeles y puntos de cuenta sin firmar; personas que él no conocía estaban colocadas en puestos clave, tomando decisiones absurdas y abusando del poder, diciendo que lo hacían en su nombre o con su conocimiento. Fue una de las peores gestiones que tuvimos, pero la verdad yo sigo creyendo que él es una persona, muy valiosa para esta revolución. Simplemente no debió aceptar tantos cargos, sino concentrarse en uno.
Otros casos son las quejas sobre innumerables personas, que no mencionaré aquí, que eran ministros, alcaldes o gobernadores, abandonaron su cargo para lanzarse a Constituyentes, ganaron y luego abandonaron ese cargo para lanzarse a las elecciones de gobernadores o a las de alcaldes. ¿Por qué tanto cambio?
Ministerios que cambian su jefe cada tres meses
En otros casos, vemos ministros que apenas duran 2 ó 3 meses en sus cargos para luego ser trasladados a otra posición. Y luego, a otra. Y a otra. ¿Quién puede hacer una buena gestión en un ministerio o en cualquier ente público o privado si apenas dura 3 meses allí?
Podemos dar el Ministerio de la Cultura como un ejemplo. En él hemos tenido cuatro ministros en 2017 Un nuevo ministro puede que necesite un año completo o más para conocer la institución que acaba de asumir, sobre todo si tiene entes adscritos y si tiene presencia a nivel nacional (Cultura tiene 30 entes adscritos, pero hay ministerios, como el de Industrias, que tiene 80). Los ministerios tienen que introducir la solicitud de presupuesto una vez al año, y sólo puedes hacerlo bien si conoces el Ministerio, sus problemas y prioridades.
Los cambios excesivos de ministros no sólo dificultan o imposibilitan una adecuada gestión, sino que causan cambios excesivos de directores y personal gerencial, que a veces son reemplazados por nuevos jefes que llegan maltratando o abusando del personal, como ya nos ha pasado varias veces este año, haciendo cambios y tomando decisiones a la carrera pues saben que ellos tampoco durarán más de unas pocas semanas.
«Yo no vine aquí a resolver problemas; vine a cumplir una misión», nos dijo uno de los jefes que tuvimos este año, que duró mes y medio en su cargo. Nunca entendí cuál era «su misión», pero una de las cosas que hizo fue sacar del aire más de 30 programas de la emisora Alba Ciudad en plenas guarimbas, y maltratar a personal muy comprometido con el proceso revolucionario.
El personal del Ministerio termina harto de los cambios, de enfrentar a nuevos jefes que llegan cada 2 meses queriendo cambiar todo y destruir lo hecho en la gestión anterior. Los trabajadores terminan por un lado predispuestos y con ganas de pelear contra quien se venga, o desanimados, sin iniciativa y sin motivación, en un ambiente hostil donde a nadie le interesa solventar problemas estructurales, sino hacer cosas que sean muy visibles mediáticamente, para aparentar que sí se está haciendo gestión. Al final, tenemos que no funcionan los ascensores, aires acondicionados ni equipos; personas sin ética se roban los activos sin que haya investigaciones ni sanciones, y los trabajadores se enferman al tener terribles condiciones de trabajo.
Así, una parte del personal se desespera intentando escapar de un espacio donde se enferman o se sienten inútiles: buscan trabajos en otros lados, solicitan comisiones de servicio o se ofrecen en apoyo institucional para ser trasladadas a otras instituciones, solicitan reposos médicos o meten cualquier otra excusa para no estar allí. La institución termina paralizada y enferma. Es un gran reto el que tiene el nuevo ministro de Cultura para levantar la moral de los trabajadores y reconstruir la institución… si es que dura el tiempo suficiente.
Yo no sé si alguien se lo ha manifestado al Presidente Maduro. Pero él debe saber que hacer esos cambios cada pocas semanas no ayudan para nada a la revolución que deberíamos ayudar a construir. Visto desde aquí abajo, desde donde estamos los trabajadores y la gente, es un caos y un desastre terrible.
Crisis sin precedentes
Instituciones con tantos problemas no pueden ayudar a abordar la situación sin precedentes que vive Venezuela, en la que se combinan una gran cantidad de factores:
- Caída de los precios del petróleo.
- Caída de la producción petrolera, admitida por el gobierno recientemente al descubrirse los escándalos de corrupción en Pdvsa, Citgo, Petrozamora y otras empresas petroleras estatales.
- Sanciones y bloqueos propiciados por el gobierno estadounidense y solicitados a ellos por miembros de la oposición venezolana, para impedir que el gobierno venezolano pueda adquirir alimentos y medicinas e incrementar así la crisis.
- Imposición por parte de páginas como DolarToday, de un valor artificial e injustificado para el dólar paralelo, que es usado como referencia por los empresarios y comerciantes a la hora de fijar precios, y es aumentado constantemente, sin ninguna base real, depreciando artificialmente la moneda venezolana.
- Sabotaje en la economía por parte de los empresarios locales, que acaparan, especulan, remarcan precios diariamente basándose en DolarToday (aún en productos que no son importados) y contrabandean productos a terceros países. O simplemente disminuyen la producción e importación de productos.
- Sabotaje en la producción: campesinos y hacendados dejan de producir alimentos por razones diversas: políticas, de inseguridad, imposibilidad de conseguir materias primas o de repuestos para los equipos y transportes. O al menos eso alegan.
- Inflación sin precedentes, causada por todos los problemas anteriormente descritos, pero también por la escasez de productos y servicios.
- Imposibilidad de encontrar determinadas medicinas, lo que pone en peligro la salud y la vida de numerosísimas personas.
- Problemas graves en la disponibilidad de efectivo, que es extraído del país por mafias de forma masiva.
- Problemas graves en los sistemas de transporte público: aumentos injustificados y no autorizados de las tarifas, disminución de las unidades en funcionamiento por la dificultad de conseguir repuestos, recorte en los horarios alegando inseguridad, todo esto aunado a la dificultad para la gente de conseguir efectivo.
- Colapso de los puntos de venta, bancos y mecanismos para el pago electrónico.
- Incapacidad por parte de las instituciones del Estado en poner orden, evitar las innumerables violaciones de las leyes y sancionar a los infractores.
- Corrupción por parte de funcionarios, guardias nacionales, efectivos policiales y empleados públicos, con la complicidad y el apoyo del sector privado, que es el que más se beneficia de ella.
- Paralización de empresas públicas y privadas por la dificultad de importar materia prima, repuestos y equipos.
- Deserción del personal técnico de las empresas del Estado, bien sea porque se van a empresas privadas o encuentran formas de trabajar para empresas extranjeras ganando en dólares.
- Cientos de miles de jóvenes, profesionales y familias se van del país, incluyendo personal que se formó en universidades públicas y del Estado.
- Una inexplicable tardanza en la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para aprobar las leyes necesarias para intentar solucionar los problemas económicos, a las que se sumó que aparentemente apartaron a aquellas personas, como Isaías Rodríguez, que exigieron que la ANC tenía que abocarse a esto con urgencia.
- Reaparición o intensificación de problemas superados en el pasado, como las personas que consumen alimentos de la basura o los llamados «niños de la calle».
- Todo esto como parte de la lucha de 18 años que tiene la extrema derecha y los gobiernos extranjeros por recuperar el control de un país que ocupa los primeros lugares del mundo como reserva de hidrocarburos, oro, hierro, coltán y muchos otros minerales, agua potable, tierras cultivables y una posición geográfica envidiable.
El Ejecutivo ha tomado medidas importantes para paliar los graves problemas de escasez y dificultad de adquirir alimentos y medicinas, entre ellas los aumentos de sueldo frecuentes, las bonificaciones y subsidios directos a la población, la distribución de alimentos a través de los Clap o la de medicinas a través del sistema de salud y un número 0800. Nadie puede negar el interés del gobierno en solucionar los problemas, a pesar de los problemas puntuales que suelen presentarse en estos mecanismos, bien sea por su novedad o por los errores que puedan cometer las personas.
Sea como sea, las medidas son insuficientes y la gente poco a poco se agota por problemas económicos que, lejos de solucionarse, tienden a intensificarse cada año. El país tuvo que enfrentar cinco meses de protestas violentas este año, que dejaron unas 150 personas muertas. Y apenas terminan, tuvo que enfrentar la intensificación de esta guerra económica. Nada garantiza que no se repitan estos escenarios en el futuro; las esperanzas de que estos conflictos se solucionen pronto simplemente se desvanecen.
Todos sabemos que 2018 va a ser un año muy difícil. De mi parte, el Presidente Maduro tiene mi apoyo, pero sin duda son muchas las cosas que tiene que corregir en su gobierno para poder tener, a partir de 2018, seis años de recuperación y crecimiento económico. Creo que el ingreso de nuevas personas en su equipo, a pesar de lo difícil que pueda ser tras vivir casos como el de Citgo, es vital.
4 Comments
Melvi Adams
Ene 7, 2018, 1:25 pm
Acertado en cada planteamiento, sólo me duele saber que se convertirá como todos tus ESCRITOS en un MENSAJE SIN DESTINO 🙁
ameaxxi
Ene 8, 2018, 4:02 am
Estimada Melvi, muchas gracias por participar con su comentario. Saludos cordiales.
marzio bracci
Ene 8, 2018, 8:08 pm
Acertado y comparto, solamente agregaría loa primera frase escrita en negrilla aplicable al presidente Maduro «Siempre el mismo! ¿Es que no hay más gente en este proceso?
Jesus Antonio Guzman
Ene 13, 2018, 5:44 pm
TODO SE REDUCE AL ALTO GRADO DE CORRUPCION, SE CALCOME, SE DESVANECE Y SOBRE TODO NO HAY CONCIENCIA.