Pastrana, Uribe, Santos y Duque esconden la violencia – Por Adrián Fernández
12 julio, 2018
category: FORO DEBATE
Juan Manuel Santos dejará la presidencia de Colombia el próximo 7 de agosto. Lo sucederá Iván Duque. Presidente saliente y entrante aseguran que el Estado estuvo y estará a disposición de los líderes sociales y comunitarios, sectores que están siendo ultimados por la violencia desde hace décadas.
Sólo por tomar los últimos 20 años, basta recordar la sucesión de presidentes de derecha y extrema derecha y constatar la suerte de los sectores sociales más vulnerables en este período.
Santos dijo este martes: “garantizar la vida de los líderes sociales y defensores de derechos humanos es y seguirá siendo una prioridad hasta el último día de mi Gobierno”. Y agregó: “yo espero, de todo corazón, que sea una prioridad para el gobierno entrante”.
Luego de presidir la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad, el presidente saliente volvió sobre el asunto: «esta política tiene que mantenerse por el bien de todos los colombianos y estoy seguro que el nuevo Gobierno, espero, así lo acepte y así lo interprete”.
Los datos de la Fiscalía señalan que entre el 1 de enero de 2016 y el 6 de julio pasado fueron asesinados 181 líderes sociales. La cifra, aunque categórica, es parcial comparada con otros estudios serios no gubernamentales.
Santos conoció de antemano cómo involucionó durante su gobierno la situación de los líderes sociales, comunitarios, campesinos e indígenas. Organizaciones no gubernamentales y agencias de la ONU advierten desde hace años el agravamiento de la situación. Las cifras incontrastables indican que a medida que se afianzaba el acuerdo de paz con las Farc, aumentaban los ataques a líderes campesinos involucrados en la restitución de tierras.
El presidente saliente mencionó como política de Estado, por ejemplo, «un sistema de recompensas» para identificar a los responsables de los ataques; un «plan urgente de intervención»; la puesta en marcha las «Unidades Básicas de Protección (UBP)», y aportes de dinero para algunas instituciones. Aun ante la hipótesis de que esta enumeración sea veraz, la violencia política tiene orígenes en los ámbitos que Santos, Duque y sus antecesores Uribe y Pastrana esconden: la violencia ejercida por los sectores terratenientes y oligárquicos que ellos mismos representan.
La evolución de las cifras de la violencia, los informes de la ONU, la participación de ONGs y estudios académicos revelan que en Colombia está vigente un plan de exterminio contra quienes lideran el reclamo de sus comunidades; que el Estado no lo asume como tal; y que el Gobierno no identifica a grupos paramilitares sino que atribuye la violencia a bandas criminales.
También es claro que el móvil de la violencia es político en la mayoría de los casos: representantes de comunidades que luchan por sus derechos, por la restitución de tierras; ambientalistas; defensores de derechos humanos y activistas de organizaciones de izquierda como la campaña de Gustavo Petro; Congreso de los Pueblos, Cumbre Agraria, Marcha Patriótica y otras a nivel comunitario.
Desde este gobierno, desde el anterior y desde el futuro ejecutivo niegan la existencia de los grupos paramilitares con el mismo énfasis que consideraban a las Farc como un grupo terrorista. Son lugares comunes ya sea para salvar la responsabilidad del Estado en sus nexos con la extrema derecha armada o para ejecutar políticas de exterminio.
“Pueden tener ustedes la seguridad de que no vamos a ahorrar ningún esfuerzo en nuestro Gobierno para trabajar, en cada rincón del territorio, por proteger la integridad y la vida de los líderes sociales, políticos y sindicalistas», prometió Duque.
La historia de la reciente campaña electoral lo desmiente. Para Duque, Uribe y la derecha terrateniente a la que ellos representan, los campesinos que claman por sus tierras, las comunidades originarias que denuncian amenazas y violencia, los movimientos sociales y políticos que se movilizan contra el ajuste y los militantes de las Farc ya desmovilizadas son expresiones de “la Colombia que quiere terminar como Venezuela”, referencia peyorativa al proceso bolivariano que ellos mismos combaten en público y también desde las sombras.
Andrés Pastrana asumió la presidencia de Colombia en 1998. Lo sucedió por dos mandatos Álvaro Uribe y luego por otros dos períodos Juan Manuel Santos. En el medio de estos 20 años actuaron decenas de grupos paramilitares que dejaron miles de muertos y fosas comunes con cientos de cadáveres en cada una. ¿Por qué debería de cambiar ahora la situación, cuando la extrema derecha vuelve al poder por otros cuatro años?
2 Comments
Tomar Eduardo
Jul 12, 2018, 8:35 pm
Lo que no comprendo es la demora de Naciones Unidas, Corte Penal Internacional y demás ongs, para actuar ante éste macabro echo del estado Colombiano, y la complicidad de los Americanos si bien es cierto ellos son cómplices de estos crímenes de lesa humanidad, y terrorismo de estado, y desvían la atención condenando Venezuela cuando estamos peor que ellos, Alvaro Uribe Velez burla la justicia Colombiana, y se ríe en la cara de la corté penal internacional, hasta cuando debemos esperar para que actúen y se haga justicia etc.
ameaxxi
Jul 13, 2018, 12:38 am
Gracias por su comentario y por participar en esta sección, estimado Tomas. Saludos cordiales!