Patético rol de la Unión Europea sobre Venezuela – Por Adrián Fernández
01 febrero, 2019
category: FORO DEBATE
La aprobación por parte del Parlamento Europeo de un proyecto que intentó legitimar el golpismo en Venezuela y recomendó a sus Gobiernos apoyar a Juan Guaidó fue la única buena noticia para la derecha americana que llegó el jueves desde el viejo continente.
Las distancias políticas y diplomáticas que existen entre los eurodiputados y sus gobiernos, sobre todo en política exterior, sólo pueden ser ignoradas por quienes intentan imponer la última carta contrarrevolucionaria posible antes de la vía militar.
En efecto, unas horas después de la sesión de los eurodiputados, los cancilleres de la UE se desentendieron no sólo de la recomendación parlamentaria sino también de los gobiernos más irresponsables de los muchos que exhibe el bloque.
Por lo pronto ninguno de los ministros de Exteriores que estuvo en la reunión en Bucarest hizo suya la extorsión de España cuando a comienzos de semana amenazó al Gobierno venezolano con reconocer al golpismo si no llamaba a elecciones en 7 días.
La responsable de política exterior de la UE, Federica Mogherini, anunció sin demasiadas precisiones que la UE creó un «grupo de contacto» entre países europeos y latinoamericanos para analizar la situación venezolana dentro de 90 días.
Ese «grupo de contacto», dijo, buscará «construir confianza y crear las condiciones necesarias para un proceso creíble en línea de la Constitución de Venezuela, con el objetivo de que los venezolanos determinen su propio futuro con nuevas elecciones, con todas las garantías».
Explicó que el grupo estará formado entre otros por Francia, Reino Unido, Alemania, Portugal, España, Holanda, Italia y Suecia, mientras que de Latinoamérica estarán Bolivia, Ecuador, Costa Rica, Uruguay y otros que «serán anunciados en los próximos días».
No detalló formas de trabajo ni roles ni agendas de actividades. Aclaró que no se trata de «abrir un proceso formal de mediación o diálogo, sino de apoyar una dinámica política, que el grupo puede acompañar y consolidar».
«Veo una posición muy unida entre los países miembros», dijo Mogherini en Budapest, con tan poco tino que unos minutos más tarde Italia aclaró que no reconocería al golpismo venezolano.
El subsecretario italiano de Asuntos Exteriores, Manilo Di Stefano, explicó las razones de su partido derechista Movimiento 5 Estrellas (M5E) y su socia en el Gobierno, la ultraderechista Liga.
“Italia no reconoce a Guaidó porque estamos totalmente en contra del hecho de que un país o un grupo de terceros países puedan determinar la política interna de otro país. Se llama principio de no injerencia y está reconocido por las Naciones Unidas”, señaló.
Y profundizó: Italia no quiere repetir “el mismo error que ahora reconocen todos” cometido en Libia (en 2011, cuando la OTAN bombardeó el país africano). “Debemos evitar que suceda lo mismo en Venezuela”, señaló.
Para peor, en el mismo día el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, le aclaró por carta a Guaidó que «para aumentar sus actividades humanitarias y de desarrollo en Venezuela», la organización «necesita el consentimiento y la cooperación del Gobierno”. Pocas formas más sutiles para decirle al golpista y sus aliados que no son lo que dicen ser.
Las filas políticas y diplomáticas se reacomodarán. Este jueves negro para el golpismo fue apenas una batalla de la que intentarán recuperarse con amenazas de nuevas sanciones y de rechazo al Gobierno constitucional de Venezuela replicadas hasta el hartazgo por la prensa afín a sus intereses.
La visión socialdemócrata europea siempre peyorativa sobre los movimientos populares y sociales latinoamericanos nos dice que no hay margen para hacerse ilusiones sobre la posibilidad de que la UE recupere la racionalidad.
Pocas veces en la historia comunitaria se han visto de manera contemporánea y consecutiva líderes de gobiernos tan devaluados. Nada resulta más representativo de ello que lo que sucedió este jueves 31 de enero.