Piñera lanza Prosur sin apoyo en la oposición chilena
Un conjunto de exfuncionarios y dirigentes opositores de tendencia socialdemócrata y socialcristiana constituyó un Foro Permanente de Política Exterior y en su primera acción cuestionó el intento del presidente Sebastián Piñera de liderar la fundación de un nuevo organismo sudamericano: Prosur.
Forman parte de este grupo diplomáticos, senadores y dirigentes del Partido Socialista y la Democracia Cristiana entre otros, todos ellos opuestos a la Revolución Bolivariana en Venezuela y su Presidente, al que califican de “dictador”. Sin embargo, apoyan las iniciativas de la Unión Europea, México y Uruguay para el diálogo en ese país, a diferencia del Grupo de Lima.
Según este grupo, la situación que vive Venezuela “muestra la importancia de contar con mecanismos institucionales que puedan intervenir positivamente en favor de una solución pacífica”. Los firmantes de la declaración no creen que pueda cumplirse esto último bajo el paraguas de Prosur, ya que “en diversos países invitados existe una seria duda acerca de las finalidades y eficacia de la organización, así como su envergadura y respaldo internacional”.
De esta manera, el presidente Piñera llega como anfitrión de la cumbre de Prosur, del próximo 22 de marzo, sin ningún apoyo interno fuera de su partido, incluyendo a los opositores que califican al gobierno venezolano como una dictadura.
Para este sector crítico del llamado neoliberalismo chileno y continental, la maniobra es “improvisada, inconsulta, sin trabajo preparatorio y hecha de un día para otro”. El documento es tajante en ese sentido: “(Prosur) es una simple ocurrencia. Sus efectos serán negativos, no solo por la improvisación sino porque representan un ejemplo más de una mala práctica latinoamericana: crear organizaciones para luego suprimirlas con el pretexto que no funcionan”.
Lo mismo que en Chile sucede en el resto de los países cuyos gobiernos se preparan para apoyar esta iniciativa, por lo que está claro que lo único que va a conseguir Prosur es debilitar todavía más la integración sudamericana, a falta de consensos internos en los países miembros.
El Foro Permanente recién creado en Chile resaltó varios éxitos de la Unasur, entre ellos su “rol central en la resolución pacífica de la grave crisis que vivió Bolivia”, en referencia al intento de golpe de Estado de 2008.
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