Protestas: Francia reafirma la respuesta represiva
Un fallo judicial autorizó este viernes en Francia el uso de los rifles de balas de caucho LBD por parte de la policía en las protestas, que habían sido denunciados por las lesiones provocadas a manifestantes. Entre ellas, pérdidas de visión y movilidad en las manos.
Las protestas semanales de los llamados “chalecos amarillos” continúan en Francia y se consolida la respuesta represiva por parte del gobierno de Emmanuel Macron.
Luego de 11 semanas de protestas, los manifestantes heridos ya son más de 1.900 según los datos oficiales. El Gobierno asegura que unos mil policías y gendarmes también recibieron heridas. Un centenar de personas recibió heridas de gravedad.
Además, hasta ahora ha habido 11 muertes, principalmente por accidentes de tránsito en las zonas de los cortes de calles. Ocurrieron en las primeras manifestaciones y el Gobierno asegura que la represión policial no provocó muertos. Sin embargo, en el marco de una avanzada policial violenta un manifestante murió de un ataque cardíaco en París.
Las personas con heridas graves en la visión son 15, entre ellas uno de los líderes del movimiento de los chalecos amarillos, Jérome Rodrigues, que perdió el ojo derecho por la represión del último fin de semana. “Mi ojo es el vigésimo que cae en este movimiento. Es aberrante, incomprensible”, repudió Rodrigues al conocerse el fallo.
Ante esta situación, diversas organizaciones -como la CGT y la Liga de Derechos Humanos- habían pedido a la justicia prohibir el uso de los rifles LBD y las granadas aturdidoras en estas protestas. Pero el Consejo de Estado aseguró que es necesario el armamento por la violencia de las manifestaciones y que no hay pruebas de que hayan violado sus condiciones de uso.
Sindicatos y grupos de derechos humanos consideran a las armas utilizadas como “mutiladoras” y afirman que es evidente que no se cumple con la norma de no disparar a la cara.
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