Trump redobla la lucha interna por el muro
“¿Cuánta más sangre estadounidense debemos derramar antes de que el Congreso haga su trabajo?”, preguntó sin rubor el presidente Donald Trump a la audiencia en un mensaje masivo transmitido por televisión. “Hoy les hablo porque hay una crisis humanitaria y de seguridad creciente en nuestra frontera sur”, justificó.
El objetivo del discurso fue mantener firme su postura de no ceder ante la negativa de la oposición a aprobar fondos por 5,7 mil millones de dólares para completar el muro a lo largo de toda la frontera con México. Ese desacuerdo hace que la administración pública nacional esté parcialmente cerrada desde diciembre por falta de fondos.
“El Gobierno está cerrado por una sola razón: la negativa de los demócratas a financiar la seguridad fronteriza”, planteó Trump, dispuesto a dar la batalla con el Partido Demócrata y no retroceder.
Aseguró también que el muro “será de acero y no de hormigón, como quieren los demócratas” y los acusó de hipocresía por “levantar muros en sus casas”. “Se trata de si cumplimos nuestro sagrado deber con los ciudadanos estadounidenses a los que servimos”, completó.
Golpes bajos
Como es habitual, Trump buscó asustar a la población, azuzando el fantasma de la inmigración ilegal, para hacerla responsable de la criminalidad y el narcotráfico en el país, e incluso de vínculos con el “terrorismo”. También dijo que provocan la reducción de empleos y salarios y que afectan sobre todo a los “afroamericanos y los hispanoamericanos” que viven legalmente en el país.
Hasta ahora el presidente estadounidense carga con dos niños muertos en sus espaldas por sus políticas hostiles contra los migrantes que llegan con lo puesto a la frontera en busco de asilo. Esa ofensiva provoca además la saturación de los servicios de recepción de inmigrantes en la frontera.
Sin embargo, Trump no mencionó estos hechos y en cambio aseguró que “el corazón estadounidense se rompió el día después de Navidad cuando un joven oficial de la policía de California fue asesinado salvajemente a sangre fría por un extranjero que estaba de manera ilegal, que acaba de cruzar la frontera”. “Día tras día, vidas son interrumpidas por aquellos que han violado nuestras fronteras”, remató.
La última carta de la que puede hacer uso el mandatario es declarar una “emergencia nacional” y así tomar fondos del presupuesto para construir el muro, algo que de todas formas sería combatido por la vía judicial. Por eso insistió en el que problema se podría resolver con una reunión de 45 minutos si hubiera voluntad de la oposición, que ahora tiene mayoría en la Cámara de Representantes.