Argentina vivió otra semana difícil en materia de despidos
Más de 1200 trabajadores perdieron sus empleos esta semana en Argentina en ámbitos privados, según datos parciales que surgen únicamente de casos que trascienden a través de la prensa y confirmados por las propias compañías.
La retracción del consumo, que afecta a tanto a pequeñas y medianas empresas como multinacionales, aparece como una de las principales razones de los ajustes empresariales que van desde reducción de personal hasta cierres definitivos de plantas.
Hay otros sectores vinculados con economías familiares como pequeñas pymes, pequeños comercios o lugares de gastronomía que también cierran o achican sus actividades pero que rara vez aparecen en la prensa.
Muchos comercios sufren la apertura de importaciones, otros la caída del consumo de la población y otras, sobre todo en áreas de fronteras, los viajes de compras beneficiados por el tipo de cambio de moneda en Chile, Paraguay, Bolivia o Brasil.
Multinacionales
La multinacional alimenticia Pepsico Argentina cerró la planta ubicada en la localidad de Florida, próxima a la ciudad de Buenos Aires.
El delegado gremial Leandro Gómez informó que alrededor de 600 empleados se enteraron de la noticia cuando llegaron a la fábrica y se encontraron con un cartel en la puerta.
También cerró su planta la empresa petroquímica Carboclor, controlada por la estatal uruguaya ANCAP, ubicada en Campana, a unos 80 kilómetros de la capital argentina.
La compañía informó a la Comisión Nacional de Valores que tuvo su peor trimestre en los últimos 20 años y confirmó el despido de unos 120 trabajadores.
Lo mismo sucedió con la multinacional alemana de productos químicos Lanxess que confirmó el despido de 170 empleados por el cierre de su sede de Zárate, a 100 kilómetros de Buenos Aires, una de sus tres plantas en Argentina.
El anuncio de la compañía, que tiene sede central en Leverkusen y 50 sociedades repartidas en 18 países, se produjo apenas después de la visita a la argentina de la canciller alemana Angela Merkel acompañada de importantes empresarios.
Industria argentina
La empresa de ropa y calzado deportivo Puma informó que «a raíz de su proceso de eficientización productiva, ha decidido el ajuste del plantel en sus plantas de Chamical y Chilecito (provincia de La Rioja) con una reducción total de 180 empleados».
Esta decisión de Puma, que en La Rioja llegó a emplear mil personas, se suma al cierre dispuesto en marzo pasado de la planta de la localidad de Sanagasta, donde trabajaban 100 operarios.
El área textil y de calzado es una de las que más sufre la apertura de importaciones dispuesta por el gobierno del presidente Mauricio Macri, acompañada además por la caída en el gasto general de la población.
Lo mismo sucedió con un histórico taller de reparación de locomotoras y vagones de ferrocarril ubicada en la localidad de Pérez, provincia de Santa Fe, donde la empresa Rioro despidió a casi 100 empleados por la caída de los contratos de obras.
Datos inocultables
Estos despidos informados en la semana que va del 19 al 23 de junio se produjeron apenas unos días después de que los datos oficiales revelaran un aumento de la desocupación en el país.
El 15 de junio el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) señaló que en el primer trimestre del año la desocupación fue de 9,2%, luego que en los últimos tres meses de 2016 la cifra alcanzara a 7,6%.
El desempleo afecta principalmente al mayor conglomerado urbano del país, el Gran Buenos Aires (11,8%). En las ciudades de la provincia de Córdoba -otro distrito con alta población- la cifra es de 9,6%. También superan el 10% dos de los principales aglomerados urbanos: Rosario y Mar del Plata.
El propio Indec calificó el aumento del desempleo como “estadísticamente significativo” al presentar los datos del primer trimestre. En cantidad de personas, 1,7 millones de personas que buscaron trabajo entre enero y marzo de este año no encontraron ningún empleo.
En total, algo más de 3,5 millones de personas tienen problemas de empleo, sea por desocupación o por tener insuficientes horas de trabajo. Más de un tercio vive en el Gran Buenos Aires.
Otro dato oficial significativo es la caída en la cantidad de pasajeros transportados en los ferrocarriles urbanos en los primeros meses de este año. Históricamente, la merma del transporte de personas hacia y desde la Capital Federal estuvo atada a la baja de actividad económica y al alza del empleo.
Según la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) entre febrero y abril pasados se registraron menos pasajeros que en el mismo período de 2016, pese a que mejoraron los controles para evitar la evasión en el pago de boletos. La línea Sarmiento, la de mayor demanda, cayó 8%.