Asesinatos selectivos amenazan la paz para Colombia
Según datos de Naciones Unidas, 59 líderes sociales que defendían los derechos humanos fueron asesinados en 2016 por falta de protección estatal y seguridad. El problema lleva décadas en Colombia y es parte del grave conflicto armado interno al que se busca poner fin este año. Decenas de dirigentes sindicales, campesinos, indígenas, de derechos humanos y organizaciones políticas opositoras son sistemáticamente asesinados sin que el Gobierno responda a la gravedad del problema.
“Se recomienda que el Ministerio del Interior, la Fiscalía, la Policía, la Unidad Nacional de Protección, UNP, y las autoridades regionales y locales cumplan con los compromisos políticos y técnicos acordados con los defensores de derechos humanos”, advirtió el representante en Colombia de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas. El fenómeno particular de los activistas de derechos humanos está en aumento desde 2014. Según el Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores de Derechos Humanos en Colombia las víctimas fatales de 2016 ascienden a 80.
Desde las nuevas organizaciones de izquierda, como Marcha Patriótica, que ya sufrió al menos 124 asesinatos en menos de cinco años de existencia, denuncian un sistema de exterminio de todo lo que se oponga al sistema establecido. El fenómeno del paramilitarismo no tiene el reconocimiento necesario por parte del gobierno y su expansión amenaza cualquier posibilidad de una paz duradera en el país.
Pese a las denuncias de la ONU, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, respondió que no ve en los asesinatos una relación con las posturas ideológicas de las víctimas. “Vuelvo a decir que esto no será lo más simpático, pero es la verdad. No hemos podido documentar que haya detrás sistematicidad alguna”, agregó Villegas sin inmutarse.
Esta semana fue aprobada en el Congreso la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el sistema de juzgamiento acordado en La Habana para los ex combatientes de ambas partes acusados de delitos de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra. Pero mientras se dan pasos positivos en un sentido, en otros todavía no hay respuestas.