Bolivia da un paso fundamental para su desarrollo
“Es otro hecho histórico e inédito para los bolivianos”. Con esas palabras, el presidente Evo Morales inauguró este jueves una moderna planta de urea y amoniaco en Bulo Bulo, localidad de Cochabamba. La fábrica marca el ingreso del país en la industrialización de los hidrocarburos.
“Aquí no solamente van a trabajar, sino que van a formar científicos”, aseguró el presidente boliviano en el acto público del que también participó el vicepresidente de Perú, Martín Vizcarra. “Es un ejemplo a seguir y por eso estamos aquí”, aseguró el representante del gobierno peruano.
La primera planta de este tipo en la zona andina de Suramérica representa el proyecto industrial más importante en los 192 años de historia de Bolivia como nación independiente. La fábrica está en condiciones de producir 600 mil toneladas al año de amoniaco y urea granulada y desde Brasil, Perú, Paraguay y Argentina expresaron interés en adquirirla. Entre el 85 y 90% de la producción se destinará al mercado externo y el restante 10 a 15% será comercializado en el país.
“Antes se importaba urea y fertilizantes, ahora se acabó. Nunca más vamos a importar fertilizantes, más bien vamos a exportar fertilizantes”, afirmó Evo al inaugurar la planta, que utilizará unos 50 millones de pies cúbicos diarios de gas natural para transformarlos en amoniaco y urea. El jefe de Estado también reivindicó que la planta “no se construyó con crédito internacional sino con nuestras reservas internacionales”.
Esta obra marca el ingreso de Bolivia a la petroquímica y el Gobierno asegura que los fertilizantes que se produzcan mejorarán hasta un 200% el rendimiento de los cultivos de arroz, trigo, sorgo, maíz y caña. La planta comenzará a operar en 14 días y podría generar ingresos anuales por 233 millones de dólares según cálculos del ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez.
La obra demandó una inversión de 953 millones de dólares y su construcción estuvo a cargo de la empresa surcoreana Samsung, que pasará el manejo total del complejo a un equipo de técnicos bolivianos en unos seis meses, cuando concluya el período de capacitación.
Bolivia espera con esta inversión dejar de exportar gas rico (con todos sus componentes) y exportar productos con valor agregado. El proyecto forma parte del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020.