Chile: ONU confirma elevado número de graves violaciones
Esto dice la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU sobre la represión policial.
La Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU (Acnudh) confirmó con un duro informe la gravedad de las violaciones cometidas por las fuerzas de seguridad de Chile desde el comienzo de la rebelión social.
El organismo, que lidera la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, constató «uso excesivo o innecesario de la fuerza, muertes, lesiones, torturas, malos tratos, violencia sexual y detenciones arbitrarias».
En un documento de 35 páginas aseguró que existen razones «fundadas» para sostener que desde el 18 de octubre, día en que comenzaron las protestas, se registró «un elevado número de violaciones graves» a los derechos humanos.
La misión visitó Chile entre el 30 de octubre y el 22 de noviembre para verificar denuncias sobre violaciones a los derechos humanos durante la rebelión.
Desde mediados de octubre tuvieron lugar en el país multitudinarias marchas en las que millones de chilenos exigieron cambios profundos del modelo económico, político y social.
Señala el documento que las violaciones registradas “se cometieron en todo el país, pero en su gran mayoría ocurrieron en la Región Metropolitana (Santiago) y en contextos urbanos».
La Oficina también detectó «ciertas violaciones a los derechos humanos, en particular el uso indebido de armas menos letales y los malos tratos, son reiteradas en el tiempo, en el espacio y con respecto a quienes son los supuestos perpetradores y las víctimas».
Para el informe, Carabineros «incumplió de forma reiterada con el deber de distinguir entre manifestantes violentos y personas que se manifestaban pacíficamente».
«Carabineros utilizó fuerza no letal cuando la manifestación fue pacífica, con el objetivo aparente de dispersar la manifestación o evitar que los participantes llegaran al punto de reunión», advirtió.
El documento subrayó el uso «desproporcionado y a veces innecesario de armas menos letales, en particular escopetas antidisturbios pero también gases lacrimógenos, utilizados a corta distancia”.
Agregó que ese uso desproporcionado ocurrió “tanto durante manifestaciones pacíficas como en el contexto de enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad, especialmente por parte de Carabineros».
También manifestó que el «número alarmantemente alto de personas con lesiones en los ojos o la cara da cuenta de esta grave violación. Preocupa en particular la utilización de perdigones que contienen plomo», dijo.
Los casos de lesiones oculares «continuaron reproduciéndose, pese a la existencia, desde la etapa inicial de las protestas, de información relacionada con el impacto causado por armas menos letales, y las medidas adoptadas por parte de las autoridades no fueron eficaces, expeditas y oportunas para minimizar el riesgo para las personas».
La ONU también documentó «cuatro casos de privaciones arbitrarias de la vida y muertes ilícitas que involucran a agentes del Estado».
También mencionó «numerosas detenciones indiscriminadas que podrían ser consideradas arbitrarias a la luz de las normas internacionales».
Detalló que «un gran número de personas arrestadas y detenidas fueron maltratadas. Algunos de estos casos, incluidos los de violencia sexual, simulación de ejecuciones y amenazas de que las personas serían `desaparecidas’, equivalen a tortura”.
Denunció además, en base a los trabados recopilados, que “muchos de estos casos ocurrieron en lugares sin cámaras de vigilancia y con los perpetradores no debidamente identificados».
El documento de la Oficina de la ONU advirtió «el bajo número de formalizaciones contra presuntos autores de violaciones a los DDHH pese al gran número de denuncias y acciones judiciales».
En el mismo sentido se refirió a “la falta de información pública por parte de las fuerzas de seguridad sobre las acciones que han sido adoptadas para garantizar la rendición de cuentas».