Con cambios menores, Trump ratifica su política migratoria
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, corrigió su veto migratorio rechazado por la Justicia y con algunos cambios menores reafirmó este lunes la prohibición de ingresos al país del norte.
La principal diferencia del nuevo decreto con respecto al anterior es que Irak fue sacado de la lista de países peligrosos para la seguridad estadounidense. La norma mantiene la prohibición temporaria de entrada a ciudadanos de Irán, Somalia, Yemen, Libia, Siria y Sudán, todos países de mayoría musulmana.
El nuevo decreto busca contrarrestar las cuestiones legales que rodearon la orden anterior, de enero pasado, que causó rechazos y protestas en Estados Unidos y el mundo. Si bien fue frenado en la Justicia el veto generó rechazo internacional.
La nueva norma especifica que la prohibición de entrada por 90 días no se aplica a aquellos que ya hayan tramitado y obtenido una visa antes del 27 de enero pasado, fecha en la que se emitió la primera orden ejecutiva sobre inmigrantes y refugiados.
Además el nuevo decreto suspende la entrada a Estados Unidos, durante 120 días, de los refugiados de todo el mundo, con el fin de reforzar los procedimientos de seguridad y asegurarse de que las personas que piden asilo no suponen una amenaza.
Otra de las diferencias es que el nuevo elimina cualquier referencia a los cristianos. En su anterior orden ejecutiva, Trump establecía que los cristianos sirios podían entrar a Estados Unidos mientras que prohibía la entrada del resto de refugiados sirios.
De Irak
Voceros de la Casa Blanca señalaron que la decisión de excluir a Irak del listado inicial obedece a que el Ejecutivo iraquí se ha comprometido a colaborar en la investigación de sus ciudadanos.
Sin embargo las razones parecen ser estrictamente políticas ya que Irak es la punta de lanza de Estados Unidos contra el Estado Islámico (Daesh). Una de las organizaciones de veteranos de guerra más grande de Estados Unidos advirtió en enero pasado sobre los riesgos que pueden correr los soldados de Estados Unidos en Irak.
“Tenemos hermanos y hermanas iraquíes que lucharon a nuestro lado. Y ahora se les ha cerrado la puerta de Estados Unidos en las narices. Es inmoral. Nuestras tropas recibirán (ahora) menos ayuda de los habitantes locales”, dijo en enero Paul Rieckhoff, fundador de Veteranos de Irak y Afganistán (Iava), que reúne a 400 mil excombatientes de las guerras posteriores a los atentados de 2001.
En la misma línea se habían expresado dos ex secretarios de Estado, John Kerry y Madeleine Albright, además de varios ex altos funcionarios de seguridad nacional, entre ellos León Panetta, exjefe de la CIA y del Pentágono. “El veto de Trump -sostuvieron- puede poner en peligro a las tropas de Estados Unidos”.