Crece el riesgo de una guerra mundial y nuclear
La posibilidad de que estalle una tercera guerra mundial es cada vez más temida y aceptada. Ahora, el desencadenante podría estar en la península de Corea, a raíz de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte.
Hoy, el embajador norcoreano ante la ONU, Kim In-ryong, alertó que “una guerra nuclear puede comenzar en cualquier momento” porque Washington “creó una situación muy peligrosa” en la península de Corea. Ante este escenario, el diplomático anunció que su país “está listo para reaccionar a todos los planes militares de los norteamericanos”. El domingo el gobierno volvió a hacer un ensayo militar con misiles balísticos.
Desde Seúl, el vicepresidente Mike Pence declaró que Corea del Norte “haría bien en no poner a prueba la determinación” del presiden Donald Trump y aseguró que “todas las opciones están sobre la mesa” para responder al desarrollo de armamento nuclear de ese país. Pence recordó que “en las últimas dos semanas el mundo fue testigo de la fuerza y resolución de nuestro presidente en acciones en Siria y Afganistán” y remató: “La era de la paciencia estratégica se acabó”.
Pence mantuvo una reunión bilateral con el primer ministro surcoreano, Hwang Kyo-ahn, que en conferencia de prensa anunció que ambos países adelantarán la instalación del escudo antimisiles a gran altitud, Thaad, denunciado por Rusia y China como una acción estadounidense dirigida contra sus países.
Washington también decidió enviar un portaviones nuclear al mar de Japón, donde hay otros dos portaviones estadounidenses, con la intención de disuadir al gobierno norcoreano de realizar un nuevo lanzamiento de misiles balísticos o ensayos nucleares. Además, se dirige hacia dichas costas un submarino nuclear con 154 misiles de crucero, según fuentes militares rusas. En Corea del Sur hay más de 28 mil soldados estadounidenses.
Esta escalada está lejos de reducirse a dos o tres países. Corea del Sur y Japón se preparan ante la eventualidad de un ataque desde Pyongyang, mientras que Rusia y China ya comienzan a responder la militarización de una región muy cercana a sus costas. Un diario japonés difundió que ambos países enviaron buques de inteligencia naval a la península de Corea para controlar la actividad del portaviones nuclear estadounidense que llegará a fines de abril. También las fuerzas armadas de Japón fueron puestas en estado de alerta máxima.
Públicamente Rusia respondió a través de su Canciller. “No aceptamos las temerarias acciones nucleares de Pyongyang, que violan las resoluciones de la ONU, pero eso no significa que se puedan romper las leyes internacionales”, advirtió Serguéi Lavrov desde Moscú. “Espero que no haya ninguna acción unilateral como las que vimos recientemente en Siria”, sería un camino muy peligroso”, agregó.
Por su parte, la cancillería china manifestó preocupación por la instalación del Thaad en Corea del Sur, porque “socava seriamente el equilibrio estratégico de la región y los intereses estratégicos y de seguridad de los países regionales como China”, comunicó. Pekín y Moscú estudian “contramedidas” para responder al sistema antimisiles de Estados Unidos.
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En su edición de noviembre de 2016, número 137, la nota de tapa de América XXI denunció la dinámica belicista impuesta por el imperialismo, bajo el título Un mundo amenazado por la guerra. “Cualquiera de los conflictos regionales a la vista puede escalar sin aviso hacia la utilización de armas atómicas”, se advirtía.
En dicha nota se fundamentaba que: “Aludir a una nueva guerra mundial y al riesgo de conflagración nuclear puede parecer exagerado o sensacionalista. Infortunadamente, no lo es. El riesgo de una tercera gran guerra y de ataques con armas nucleares es real y el miedo que eso genera es fundado y lógico”. Hoy el peligro es aún mayor que hace seis meses.