Duque en su hora más cruel contra el pueblo colombiano
(Actualizada a la hora 1 a.m. de este martes)
La decisión del presidente de Colombia, Iván Duque, se militarizar las calles de las principales ciudades para «controlar la seguridad» ante la protesta social profundizó la tragedia en el país. Las denuncias y las imágenes muestran militares y policías a la caza de los grupos de manifestantes.
En la tarde del lunes algunos reportes hablaban de al menos 17 muertos y 800 heridos, 400 detenidos. Pero la ONG Temblores señaló que se trata de 26 víctimas fatales.
Según un balance de la Defensoría del Pueblo difundido en la tarde de este lunes, 16 civiles y un policía murieron en las manifestaciones que empezaron el 28 de abril, con un paro nacional que se extendió en los días.
Organizaciones no gubernamentales de derechos humanos aseguran que las cifras son mayores, primero a manos de la policía y luego del Ejército, que desplegó tanquetas en ciudades como Cali y Bogotá.
Después de completar seis días de paro, la cantidad de casos sobre abuso, violencia y asesinatos a manos de la fuerza pública deja cifras alarmantes, según difundió el sitio Colombia Informa, que reportó al menos 26 muertos.
La situación presentada en ciudades como Cali, Palmira, Bogotá, Ibagué, Medellín y Popayán, ha obligado a las organizaciones sociales, defensoras de Derechos Humanos y a la ciudadanía en general a emitir una alerta nacional e internacional de violaciones de Derechos Humanos.
La organización Temblores tiene identificados aproximadamente 1.181 casos de violencia policial durante el desarrollo del Paro Nacional.
A última hora del lunes, la ONG señaló a través de las redes sociales que «los casos que nos están reportando son altamente preocupantes».
Temblores agregó que «la Policía sigue disparando indiscriminadamente en contra de las personas manifestantes. La situación en Manizales, Cali y Bucaramanga es crítica. No hay garantías para la vida».
Luego pidió «a todas las personas manifestantes les hacemos un llamado a que vuelvan a sus casas o que busquen un lugar para refugiarse».
Alertó que «la vida prima sobre todo lo demás y el Estado está deliberadamente atacándola. No hay garantías para protestar».
La principal bandera de lucha era contra la Reforma Tributaria, pero la brutalidad policial provocó que la lucha y la resistencia del pueblo colombiano continué.
A pesar de las denuncias realizadas, las evidencias fílmicas y las alertas emitidas a la comunidad internacional, el Ministro de Defensa, Diego Molano, cargó la responsabilidad sobre los manifestantes.
La política de guerra y el derramamiento de sangre en los territorios y las ciudades se intensifica, coincidió en denunciar el sitio Colombia Informa, al recoger testimonios de varias organizaciones sociales y políticas.
Las protestas surgieron en rechazo a un proyecto de reforma tributaria impulsado por el Gobierno Nacional que finalmente fue descartado por Duque, ante la profundización de las protestas.
Pero para cuando Duque retiró el proyecto del Congreso, las calles ya estaban militarizadas, los muertos por la represión superaban la docena y la protesta se volvió incontenible.
Tampoco frena la protesta la renuncia del ministro de Hacienda y Crédito Público, Alberto Carrasquilla, impulsor de la frustrada ley que implicada entre otras cosas aumentar la carga impositiva sobre la población.
El silencio del gobierno y de los medios hegemónicos de comunicación sobre la sangrienta represión contrasta con las imágenes que generan los medios alternativos y los propios manifestantes.
Con el correr de las horas, la situación seguía siendo muy grave y las organizaciones de derechos humanos insistían en denunciar que no existen garantías para la vida.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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