El Cóndor USA medias nuevas en Venezuela – Por Iván Padilla Bravo
07 abril, 2019
category: FORO DEBATE
Es probable que no quiera mostrar sus afiladas y contundentes garras de ave de rapiña con las que suele capturar, raptar, desgarrar y devorar a su presa.
El Cóndor al que nos referimos no es, por supuesto, la hermosa e imponente ave típica de las montañas andinas en Nuestramérica, que ha contribuido durante su existencia y contribuye hasta ahora, con el equilibrio de la naturaleza del planeta, especialmente en esta región.
El Cóndor que aludimos no es sino el nombre código de una operación planificada desde el Depatamento de Estado yanqui con el especial concurso de dos de sus gigantescos aparatos hegemónicos en tareas de contrainsurgencia: la CIA y el Pentágono.
Como la Operación Cóndor ha habido otras y sólo contra los pueblos de Nuestramérica podemos mencionar algunas como «Diablo», «Colombo», «Calipso» y «Zeta», todas ellas alentadas para frenar los avances del «flagelo del comunismo» y salvar «la democracia», ese modelo terrorista y depredador creado por los EEUU, en su propio seno, para aplastar a los pueblos del mundo en nombre de la «libertad», dibujada ésta con rostro ingenuo en la estatua que enarbola una antorcha en el centro de Nueva York.
El Cóndor al que nos referimos fue exactamente una manera de coordinar perversidades de países gobernados por dictaduras militares bajo el tutelaje del Imperio estadounidense, especialmente en la década de los 70 en el pasado siglo. Pero Cóndor sigue siendo hoy la terrorífica referencia de la victoria imperialista sobre La Moneda, el Palacio de Gobierno en Chile, lugar donde impuso su «freno al comunismo» con el derrocamiento y asesinato del compañero Presidente Salvador Allende quien construía democráticamente el socialismo en su país.
Cóndor es hoy una historia de múltiples aristas que amenaza, desde lo histórico-simbólico, a pueblos nobles y aguerridos que han decidido ser independientes y defender la multipolaridad en contra del poder y el pensamiento únicos, representados hegemónicamente por los EEUU.
Ese Cóndor de los laboratorios imperiales es el mismo que sigue empeñado en acabar con Cuba y Nicaragua pero que hoy ataca con especial saña a Venezuela con los mismos argumentos anticomunistas, con su mismo terrorismo de siempre y con sus acciones guerreristas, dirigidas a robar nuestras incontables riquezas, comenzando por el petróleo y sus probadas reservas, pero pasando por el oro, el coltán, muchísimos otros minerales y el agua.
Quieren arrancarnos el poder que Venezuela representa por sus dotaciones naturales, pero además quieren que esas riquezas no sean para favorecer a la humanidad y al pueblo venezolano, en primer lugar. Necesitan quitarnos la Patria y nuestras riquezas, despojarnos de las mismas, deteniendo al proceso socialista de Revolución Bolivariana y derrocando al gobierno constitucional que el presidente Nicolás Maduro encabeza.
Estamos en un momento en el que el Cóndor se desespera. Ese «frankenstein» construido hace rato en los laboratorios del Imperio ha perdido sus destrezas y no puede ni va a conseguir repetir ahora sus acciones criminales del pasado en Venezuela.
El Cóndor va de derrota en derrota. Arrastra con su caída en picada al imperio que lo inventó y sustenta. Entre tanto, el pueblo venezolano no se rinde ni se arredra. Todos los planes para conseguir derrocar al presidente Nicolás Maduro no les han resultado ni les van a resultar.
Aquí no se trata simplemente de un gobierno, al que están enfrentando. Están luchando contra una conciencia, conciencia de raíz ancestral, cimarrona, patriótica, Bolivariana y Chavista, hecha pueblo unido y con voluntad de soberanía y definitiva independencia.
Aunque en este mismo instante ese Cóndor USA medias nuevas para confundir (como parte de sus operaciones psicológicas) para ocultar las garras del fracaso en sus recientes pretensiones de invadirnos bajo la excusa de «ayuda humanitaria», sepan que aquí está un pueblo despierto, que no come amenazas ni agresiones.
Aquí no pasarán, con medias ni sin medias. Y, como les diría una vez más el Comandante Chávez: ¡Váyanse al carajo, yanquis de mierda!
Ilustración: Xulio Formoso