Más de 100 mil personas salieron a la Avenida Paulista para manifestarse en la mayor ciudad brasileña, según informó la Central Única de Trabajadores (CUT). La movilización se reproduce en otras veinte capitales estaduales contra la reforma jubilatoria propuesta por el gobierno de Michel Temer y por los cambios que pretenden hacerse en la legislación laboral.

Docentes, transportistas, trabajadores bancarios y otros sectores acompañan la jornada de protesta con un paro de actividades. Más temprano, movimientos sociales ocuparon por cerca de nueve horas el Ministerio de Hacienda. El objetivo de los manifestantes es quebrar la agenda gubernamental y poner en jaque a un gobierno cada vez más afectado por las denuncias de corrupción.

En ciudades como Belo Horizonte, miles de personas salieron a protestar convocadas por los frentes Brasil Popular y Pueblo Sin Miedo, que reúnen a sindicatos, organizaciones estudiantiles y un conjunto de los llamados movimientos sociales, entre otros agrupamientos. Si bien es difícil calcular la cantidad de personas movilizadas en todo el país, los organizadores creen que la cifra supera el millón.

Temer cuenta con apenas 10% de aprobación y las encuestas ubican a Lula a la cabeza de las preferencias en una eventual elección anticipada. Ambos sufren investigaciones judiciales, en medio del enorme caso de corrupción y lavado de dinero que involucra a Petrobras, la constructora Odebrecht y el conjunto del sistema político nacional.