Evo se pone al frente de la reconstrucción – Por Adrián Fernández
Hay indicios para definir al reciente encuentro del Abya Yala en Bolivia como un gran desafío político de estos tiempos.
20 diciembre, 2020
category: FORO DEBATE
Evo Morales regresó a su país con una convicción: profundizar su liderazgo en los movimientos políticos y sociales de América Latina y asumir el desafío de una reconstrucción colectiva.
Utilizando su prédica sobre los pueblos originarios de los que él es parte, Evo propone atender estos tiempos con la consciencia antimperialista intacta y bajo la bandera de la unión de los pueblos, amparándose en la sabiduría ancestral de la no violencia, buen vivir, cuidado de la tierra, perseverancia, consciencia y dignidad.
Allí está la naciente del Encuentro de pueblos y organizaciones del Abya Yala que se realizó este fin de semana en Cochabamba, con la presencia de unos 1000 delegados de diferentes regiones y países.
Su idea comenzó a gestarse en sus meses de asilo en Argentina y decidió hacerlo público junto a otros dirigentes en noviembre pasado, apenas después de volver a su país.
Morales asumió el nuevo rol: hacia adentro, presidir el Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS- IPSP); hacia afuera, articular espacios con movimientos políticos y sociales del Abya Yala.
El encuentro de este fin de semana -del que participó el presidente Luis Arce- es la primera fase de este plan con alcances regionales y transversales. La fundación de RUNASUR –la Unasur de los Pueblos, como la definió- será el siguiente hito, en abril próximo.
Una de las particularidades de este encuentro en Cochabamba es que no promovió la ruptura de otras formas de integración ya diseñadas como Unasur o Celac, sino su recuperación y, atado a eso, su conquista a manos de los pueblos indígenas y movimientos sociales y políticos.
Dice Evo: “es importante impulsar Sudamérica de los pueblos, o RUNASUR. Tengo mucha esperanza que pronto vamos a relanzar el Unasur, que es un organismo oficial de los gobiernos. Pero mientras, podemos lanzar el Unasur de los pueblos”.
El ex presidente boliviano, reivindica a los Gobiernos de izquierda y también los progresistas de comienzos de este siglo. Nombra a Chávez, Lula y Kirchner. Este es un punto insoslayable de su posición regional.
En su concepción, Morales no es fundacional, no promueve el nacimiento de algo sino la reconstrucción de espacios, esta vez con mayor participación de los sectores populares.
Pero tal vez su principal osadía sea articular en una misma mirada a sindicatos, sectores políticos y pueblos originarios, con una fuerte impronta de la cosmovisión indígena.
“Los pueblos indígenas del mundo ya podemos deliberar no solo de nuestros ancestros, sino para defender la vida, la madre tierra, y garantizar así la vida y la humanidad”, afirmó Morales, ante delegados de Bolivia, Argentina, Ecuador, Chile, Venezuela, México, Panamá, Paraguay, Guatemala, Brasil y Perú.
Evo exhibe para este intento su experiencia en Bolivia y del MAS-IPSP, donde convergen –no sin tensiones, rupturas y reconciliaciones- diferentes actores políticos, sindicales y sociales, urbanos y rurales, indígenas y campesinos.
«Vivimos en un mundo unipolar, hegemonizado por un capitalismo decadente, que amerita una respuesta ideológica con un cambio paradigmático, que implica pasar de un estado uninacional a un estado plurinacional», dijo.
La experiencia boliviana de 15 años de gobierno puede medirse con diversos parámetros. Uno de ellos es el sentido de pertenencia de los pueblos originarios, campesinos, de organizaciones de mujeres y de amplios sectores del sindicalismo.
“Nuestra revolución democrática y cultural (en Bolivia) demostró que, unidos y organizados, democráticamente y sin violencia, podemos recuperar el poder político”, sostuvo.
Más allá de las características propias del ejemplo boliviano, existe una matriz en aquello que hace dos décadas Evo y miles de mujeres y hombres comenzaron a construir para su país.
La experiencia boliviana nos enseña que la verdadera herramienta está en el Estado plurinacional, en el poder del pueblo en las calles, en el debate, en la consciencia colectiva, en la democracia popular y hasta en las instituciones y en las urnas diseñadas por la propia burguesía.
“Unidad de los pueblos del mundo. De los pueblos indígenas, de las y los trabajadores. Un mundo que reconozca la ciudadanía universal”, pregonó en Cochabamba.
El objetivo, afirmó, es «transitar hacia el buen vivir, cuidando a la madre tierra, dejando atrás el consumismo y la depredación. Esto se podrá consolidar a través de la sabiduría ancestral”.
Guste o no, incluso corrido por izquierda, Evo es el más digno sobreviviente tras la ofensiva imperialista regional, en tiempos en los que no es fácil sobrevivir sin traicionar.
En la dignidad y la consciencia reside gran parte de la fortaleza que demanda la reconstrucción. Evo y la experiencia boliviana parecen decirnos desde Cochabamba que el tiempo es ahora. Y que cuando hay consciencia, se reduce el espacio de los traidores.
¿Qué dijo Evo en Encuentro de pueblos y organizaciones del Abya Yala?