Iglesia venezolana recrudece sus ataques al Gobierno
Que la iglesia venezolana tome partido por la oposición no es nuevo. Tampoco que busque poner fin al gobierno de Nicolás Maduro, 15 años después del golpe de Estado que apoyó contra el presidente Hugo Chávez. La novedad es que haya vuelto a tomar un rol político explícito y visible luego que el Vaticano convocara a las mesas de diálogo nacional.
Apenas comenzó la reciente ola de manifestaciones opositoras el 1 de abril, la Iglesia repartió un documento que llama a la desobediencia civil y fue leído en las misas para apoyar las protestas contra el Gobierno. Con la firma de los cardenales Jorge Urosa Savino -arzobispo de Caracas- y Baltazar Porras, y el sello de la Conferencia Episcopal Venezolana, el texto difundido planteaba: “Es hora de preguntarse muy seria y responsablemente si no son válidas y oportunas la desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas (…) y las protestas cívicas”.
Este miércoles, el cardenal Urosa Savino dio un discurso en la Parroquia Santa Teresa, donde condenó “la represión de las protestas”, aseguró que “la gente está brava” y -según denunciaron algunos asistentes- dijo en un momento: “Fuera el dictador”, hecho que provocó disturbios al interior de la iglesia entre militantes de la oposición y personas que respondieron vitoreando a Chávez.
La secretaria general de la Asociación de Víctimas del Golpe de Estado de 2002 (Asovic), Doris Infante, acusó al cardenal de incitar a la violencia y promover dicho mensaje en varias iglesias católicas del país. También el diputado Juan Carlos Alemán repudió que “un hombre que se debe a la paz y a la reconciliación haya calificado de pacíficas estas acciones violentas”, en referencia a los destrozos provocados por grupos de manifestantes los últimos días.
Doris Infante
Por tercer día consecutivo defensores de la Revolución Bolivariana se movilizaron en Puente Llaguno, Caracas, para repudiar el golpe de Estado de hace 15 años, honrar a los caídos y reivindicar la insurrección cívico-militar que el 13 de abril de 2002 revirtió el golpe y devolvió a Chávez al poder.