El presidente no electo de Brasil, Michel Temer, pidió que lo dejen trabajar en paz porque los ciudadanos están pidiendo la continuidad del modelo iniciado hace un año cuando fue destituida Dilma Rousseff. Lo hizo durante el acto de juramentación del nuevo ministro de Justicia, Torquato Jardim.

«Dejemos al Poder Judicial trabajar sosegado, dejemos que el Legislativo trabaje en paz, pero dejemos al Ejecutivo trabajar en paz también», declaró.

Temer intentó refutar los sondeos de opinión que le dan menos del 20% de aceptación al afirmar que «las personas quieren que continúe el programa de Gobierno que comenzamos hace un año».

En medio de una investigación por supuesta corrupción abierta en su contra por la Corte Suprema, Temer evaluó que su país pasa por «grandes conflictos institucionales».

El mandatario pidió «recuperar la institucionalidad» del Brasil y diagnosticó que la crisis política en su país  se debe «al no cumplimiento, muchas veces, del orden constitucional».

Por su parte Jardim, nuevo titular de Justicia aseguró que Brasil «es un país que siempre ha sido impredecible, no es para principiantes, ya que siempre que parece hundirse en una crisis resurge».

La Corte Suprema determinó ayer que Temer responda por escrito ante la Policía Federal sobre la investigación que inició contra el mandatario por los presuntos delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.