La UE cumplió 60 años sin profundizar sobre la crisis
Los líderes de los 27 países miembros de la Unión Europa (UE) acordaron una serie de compromisos para los próximos diez años como parte de la conmemoración de los 60 años del bloque. No hubo un abordaje profundo de la crisis que sacude al bloque.
El documento de Roma, ciudad que recibió a los presidentes y jefes de gobierno, promueve una Europa “segura, próspera, social y más fuerte en la escena mundial”.
También se comprometen a adoptar una “política migratoria eficaz y sostenible” que genere “crecimiento y empleo”.
La declaración fue firmada este sábado en la misma sala en la que el 25 de marzo de 1957 los líderes de la entonces Alemania Federal, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Holanda fundaron la Comunidad Económica Europea que hoy conocemos como Unión Europea.
El texto establece que “en los diez próximos años queremos una Unión más segura y protegida, próspera, competitiva, sostenible y socialmente responsable, que tenga la voluntad y la capacidad de desempeñar un papel fundamental en el mundo y de modelar la globalización.
Afirma de manera genérica que “la UE se enfrenta a retos sin precedentes, tanto mundiales como interiores: conflictos regionales, terrorismo presiones migratorias crecientes, proteccionismo y desigualdades socio-económicas”.
Sostiene luego que “juntos estamos decididos a hacer frente a los retos de un mundo en rápida mutación para brindar a nuestros ciudadanos tanto seguridad como nuevas oportunidades”.
Destaca que “hoy estamos unidos y somos más fuertes: cientos de millones de personas de toda Europa se benefician de vivir en una Unión ampliada que ha superado las viejas fracturas”.
Palabras ausentes
El documento de Roma fue largamente negociado para determinar de qué manera se abordarían los asuntos más espinosos del bloque como la inseguridad ante los atentados terroristas y el cierre de ingreso a refugiados.
Otros temas discutidos en lo previo pero no abordados en la Declaración de Roma son la caída de los índices sociales en muchos de los países, las políticas de ajuste y el proteccionismo económico exigido por algunos socios y aplicado por países como Estados Unidos.
Durante las semanas de negociación, Polonia había puesto en duda hasta último momento la firma de la declaración.
El gobierno conservador polaco estaba en contra del concepto de “una Europa a dos velocidades”, según el cual el bloque se desarrollará de acuerdo a las posibilidades asimétricas de cada uno de los países.
Esta teoría del crecimiento dispar, que había sido acordada a comienzos de mes en una cumbre entre los principales líderes europeos, finalmente quedó lavada en el documento final.
“Actuaremos juntos, a distintos ritmos y con distinta intensidad cuando sea necesario, mientras avanzamos en la misma dirección, como hemos hecho en el pasado, de conformidad con los Tratados y manteniendo la puerta abierta a quienes quieran unirse más adelante”, subrayó tímidamente el acuerdo final.
Pocas voces
El de Roma fue el primer gran acto sin la presencia del Reino Unido, que el próximo 29 de marzo activará el denominado Brexit, nombre con el que se identifica la salida británica del Reino Unido.
Sobre el final de la jornada el presidente de Francia, François Hollande, dijo que el Reino Unido “pagará necesariamente las consecuencias” de salir de la Unión Europea.
“Es una decisión soberana pero, al mismo tiempo, haremos de tal modo que no vaya en detrimento de Europa y que el Reino Unido siga siendo un socio de la Unión”, dijo.
Agregó que Londres “pagará necesariamente las consecuencias porque es la elección que se hizo (y los británicos) ya no están en esta aventura, han elegido otra vía, pero hay que mantener las buenas relaciones”.