Nuevo presidente de Angola: “los cubanos dejaron su sangre aquí”
El presidente electo de Angola, João Lourenço, prometió que su gobierno va a fortalecer aún más las relaciones con Cuba en reconocimiento al sacrificio que hicieron los cubanos durante la guerra por la independencia del país a mediados de la década de 1970.
«Nuestras relaciones con Cuba siguen a un nivel muy alto y vamos a seguir trabajando para fortalecerlas”, dijo Lourenço en una entrevista concedida a la agencia española Efe luego de ser electo presidente.
“Nos une con el pueblo cubano un sentimiento de gratitud, nos dio la mano en un momento crítico, los cubanos derramaron su sangre en nuestro territorio y eso no tiene precio”, remarcó.
Lourenço, del gobernante Movimiento Popular por la Liberación de Angola (Mpla) y actual ministro de Defensa, será el próximo presidente del país africano luego de las elecciones generales del 23 de agosto. La lista del Mpla obtuvo 64,57% de los votos.
Esta fue la cuarta votación en la historia independiente de Angola, iniciada en 1975, y será recordada como la que puso fin al gobierno de José Eduardo dos Santos, que llevaba 38 años en el poder. El presidente saliente continuará al mando de la fuerza política hasta el próximo año.
Angola ha ido recuperando su economía tras el fin de la extensa guerra civil en 2002, aunque la mitad de la población vive con menos de 2,5 dólares diarios. El año pasado, el país se convirtió en el 14° mayor productor mundial de petróleo y en el segundo de África, pero con la caída de los precios internacionales su economía quedó muy golpeada. El PBI es el quinto mayor del continente, detrás de Sudáfrica, Nigeria, Egipto y Argelia.
Cuba solidaria
En enero pasado, con motivo de cumplirse 41 años de la independencia de Angola, la red Telesur realizó un informe especial en el que recuerda que en los años de 1970 los angoleños independentistas formaron una alianza con Cuba y juntos combatieron por el día de la libertad.
Cuba ejerció un papel fundamental para que las fuerzas de liberación alcanzar la independencia gracias a una amplia cooperación. El gobierno revolucionario envió médicos, docentes y obreros para colaborar en la reconstrucción de un país devastado por la guerra.
Fueron 2 mil 600 cubanos los que derramaron su sangre por la independencia, hecho que representa actualmente la mejor forma de solidaridad internacional con el proletariado, según el presidente de la Asociación de Amistad Angola-Cuba, Fernando Jaime.
«Muchos recuerdan al comandante Raúl Díaz Argüelles, quien cayó a los 39 años de edad en la batalla de Ebo, provincia de Cuanza Sur, el 11 de diciembre de 1975», refirió Jaime en una entrevista concedida al diario CubaDebate en 2009.
No obstante -señala el informe de Telesur- para entender la importancia que la independencia de Angola otorga a la corriente revolucionaria, es necesario enfatizar las acciones de dos próceres socialistas: el primer presidente de ese país, Antonio Agostinho Neto y el comandante cubano Fidel Castro.
Ambos condujeron al pueblo angoleño a la unidad para la liberación del país, bajo el escudo de sus ideales, razón clave para desterrar el sistema racista del apartheid de Sudáfrica, y lograr a su vez la independencia de Namibia y Zimbabwe.
La solidaridad de la mayor de las Antillas se conformó en dos filas de combate junto con los soldados del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) que se convirtió en las Fuerzas Armas Populares para la Liberación de Angola (FAPLA) y detuvieron el avance de las Fuerzas de derecha , lideradas por el Frente Nacional para la Liberación de Angola (FNLA) y la Unión Nacional para Liberación Total de Angola (UNITA) en la batalla de Kifangondo el 10 de noviembre del 75.
Aunque en 1975, la mayoría de las colonias africanas de Portugal (Guinea-Bissau, Cabo Verde, Sao Tomé y Mozambique) habían conseguido la independencia, la situación en Angola se tornó distinta por la salvaje intención de Occidente de obtener sus recursos: Petróleo, diamante y gas. Ello, lo incita a surtir de armas al Ejército sudafricano.
El comandante Fidel Castro lo explicó de manera acertada a Ignacio Ramonet. “El gobierno de Estados Unidos puso en acción un plan encubierto para aplastar los legítimos intereses del pueblo angoleño e implantar un gobierno títere (…) su alianza con Sudáfrica fue para compartir la instrucción y el equipamiento de las organizaciones creadas por el colonialismo portugués para frustrar la independencia de Angola y convertirla en un condominio del corrupto Mobutu, dictador de Zaire”.
EE.UU. cooperó militarmente con Sudáfrica para liquidar a las fuerzas de Cuba y Angola. Fue capaz de enviar hasta ocho bombas nucleares y cientos de piezas de artillería pesada con el sempiterno patrocinio de Israel. “Eran similares a las que hizo estallar en Hiroshima y Nagasaki, por lo cual aquella guerra de Angola la libraron los combatientes cubanos y angolanos contra un ejército y un régimen que disponía de ocho armas nucleares (…) y no eran pocas las esperanzas de que nos las descargaran a nosotros”, relató Fidel.
El utópico Estado democrático que hacía y hace ver Washington pactó con los más sanguinarios mandos de la derecha ligada al imperio portugués para destrozar las raíces de la lucha anticolonialista.
“No olvidar que cuando asesinaron a (Patrice) Lumumba,-un simbólico líder anticolonialista-, era Mobutu el que estaba dirigiendo aquellas tropas mercenarias armadas por los europeos y que mataron a muchos allí (Zaire)”, enfatizó Fidel.
El mundo no conoce sobre la mano homicida de Estados Unidas en la Guerra de la Frontera, ya que no han dejado saber los grandes imperios comunicacionales quienes solo publican y hacen circular noticias que le agraden al “fascismo”.
De allí, que fuera decisiva la lucha de Kifangondo la cual hizo que las fuerzas del MPLA lograran mantener en su poder Luanda (capital) y con ello iniciar el camino a la libertad.
«La memoria de la participación cubana y angoleña en la gesta emancipadora de esta nación de África Austral se perpetúa en diversos monumentos, como el que recuerda la decisiva epopeya de Kifangondo», acotó Jaime.
Con el derrocamiento del dictador Marcelo Caetano en Portugal, en la llamada Revolución de los Claveles se inició un proceso rápido de descolonización. En enero de 1975 llega el esperado proceso de transición a la independencia con el tratado de Alvor, firmado entre los movimientos independentistas y el gobierno imperialista.