Piñera admite violaciones pero ratifica a jefes de carabineros
El presidente de Chile negó que vaya a renunciar o a pedir la renuncia de los responsables de fuerzas de seguridad.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, admitió que se cometieron «excesos» en la salvaje represión de carabineros y militares en los últimos dos meses de rebelión popular aunque negó que vaya a pedir la renuncia de los máximos jefes de las fuerzas de seguridad.
A su vez descartó renunciar a su cargo tal como piden los manifestantes que de a cientos de miles han ganado las calles en los últimos 60 días y pese a los bajos niveles de aprobación de su gobierno.
«No he pensado en renunciar, fui elegido presidente por una mayoría de chilenos y tengo el deber de cumplir ese mandato», señaló.
Sin embargo, afirmó estar «dolido» por el bajo apoyo de sus compatriotas reflejado en los sondeos y se defendió al afirmar que «uno lo único que hace es trabajar arduamente para mejorar la calidad de vida de los chilenos».
Piñera concedió este lunes una entrevista a una cadena radial nacional, en la que pidió «perdón» a la ciudadanía «por los errores» cometidos en el manejo de la crisis por demandas sociales.
Fue consultado, además, por la permanencia en su cargo del director de Carabineros, Mario Rozas, acusado por violaciones a los derechos humanos.
«Esa es una decisión que toma el presidente (…) Pero uno ocupa esa instancia cuando realmente tiene razones», dijo Piñera.
Si bien admitió que «en Chile sí se cometieron excesos, atropellos y abusos a los derechos humanos», aclaró que «no en forma sistemática, porque eso significa que hay un patrón de conducta».
«El protocolo de Carabineros cumple con todos los estándares internacionales de derechos humanos», se defendió, pese al reciente informe de la agencia de la ONU sobre Derechos Humanos que recoge testimonios que especifican numerosos casos de violaciones a los derechos humanos.
El 18 de octubre pasado se inició en Chile la mayor crisis social desde el retorno a la democracia, en 1990, en contra del modelo económico neoliberal y la desigualdad social, recordó la agencia de noticias Xinhua.
Las protestas en todo el territorio se produjeron por las mejoras salariales y las pensiones, por la calidad de la salud y la educación y en contra del alto precio de los servicios básicos y del transporte público.
Según datos del Poder Judicial, 26 personas han muerto, mientras organizaciones de derechos humanos, que trabajan con las Naciones Unidas, cifran en miles los heridos y los detenidos.
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