Respuesta a Trump: “Cuba no negociará nunca bajo presiones”
En una conferencia de prensa desde Viena, el canciller cubano desarrolló ante medios internacionales la posición del país frente a las recientes medidas y declaraciones de Donald Trump sobre las relaciones bilaterales. El acto encabezado por el presidente estadounidense el viernes pasado en Miami fue calificado por Bruno Rodríguez como “un espectáculo grotesco, salido del lenguaje de la guerra fría”.
El mandatario estadounidense dio los anuncios en la entrada del teatro Manuel Artime, quien fue el jefe civil de la Brigada 2506 durante la invasión mercenaria de 1961 por Playa Girón, derrotada por el ejército cubano. Allí, rodeado por personas denunciadas por cometer actos terroristas contra la isla y cubanos de extrema derecha, Trump anunció la marcha atrás en varios puntos de los que habían sido acordados durante el gobierno de Barack Obama.
Sobre las medidas, Rodríguez denunció su carácter retrógrado y aseguró que significan un paso atrás no sólo en la relación de Estados Unidos con Cuba, sino con toda América Latina y el Caribe. “Cuba rechaza enérgicamente las nuevas medidas que endurecen el bloqueo, lo que denunciaremos en la próxima Asamblea General de la ONU, porque es injusto, inhumano, genocida, extraterritorial y violatorio de la soberanía de todos los estados”, agregó.
El canciller lamentó también que Trump decidiera responder a los intereses de una minoría extremista de Miami y a algunos políticos que los representan, en oposición a la opinión expresada por la mayoría de los estadounidenses que -según consideró- desean una normalización de las relaciones bilaterales. “Es curiosa la paradoja, porque Trump ha dicho que su prioridad son los ciudadanos estadounidenses, su prioridad es la creación de empleo, favorecer las oportunidades de empresas estadounidenses. Con estas medidas hace todo lo contrario”, afirmó.
Rodríguez expresó que el ex presidente Obama reconocía públicamente la soberanía de Cuba y a su gobierno como un interlocutor legítimo e igual, así como reconocía el fracaso del bloqueo como política para acabar con la Revolución. Esas condiciones eran indispensables para el diálogo bilateral. “Cuba no negociará sus principios ni aceptará condicionamientos, como no lo ha hecho jamás”, concluyó el Canciller.