Resumen: horas de tensión e incertidumbre en Perú
Imagen cedida por la Agencia Peruana de Noticias Andina a Xinhua. Peruanos en apoyo a la disolución del Congreso.
(1 de octubre, agencia de noticias Xinhua)
La política peruana quedó en estado de incertidumbre luego del cruce de decisiones entre el Legislativo y el Ejecutivo que deja al país con la orden del jefe de Estado, Martín Vizcarra, de cerrar el Congreso y una presidenta interina nombrada por una parte del Congreso.
El debate entre Legislativo y Ejecutivo tiene su origen en la elección de integrantes del Tribunal Constitucional y la intención presidencial de llamar a las urnas para unas nuevas elecciones generales.
La crisis comenzó cuando el Congreso, de mayoría fujimorista (oposición), procediera a elegir a los nuevos integrantes del Tribunal Constitucional, durante una cuestionada sesión.
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, inconforme con esa iniciativa legislativa anunció este lunes la disolución del Congreso tras considerar «denegada» la cuestión de confianza que había pedido para modificar las normas para elegir a los integrantes del alto tribunal.
En un mensaje a la nación el gobernante sustentó su decisión diciendo que «el cierre del Parlamento busca dar una solución democrática y participativa a un problema que el país viene arrastrando hace más de tres años».
Sostuvo que su iniciativa busca dar paso a una «nueva elección parlamentaria, y que sea finalmente el pueblo quien decida a quién le da la razón, si a la mayoría parlamentaria que hoy he disuelto (…), o si le da la razón al Ejecutivo, eligiendo una nueva mayoría».
Horas más tarde, en el ya disuelto parlamento, la bancada opositora, que es mayoría, tomó una decisión proporcional a la del Ejecutivo aprobando la «incapacidad temporal» de Vizcarra y encargando de la presidencia interina a la vicepresidenta Mercedes Aráoz.
La remoción de Vizcarra fue aprobada con 86 votos a favor, 0 abstenciones y 0 en contra, en una sesión que no contó con la presencia de los diputados que apoyan el cierre del Parlamento.
La vicepresidenta, que había manifestado su descontento con el mandatario por su propuesta para celebrar unas elecciones parlamentarias atípicas en 2020, asumió la responsabilidad diciendo que Vizcarra «ha fallado» al no cumplir con la Constitución.
Sin embargo, el mandatario peruano soportó su decisión alegando que se trataba de «un acto constitucional previsto en el artículo 134» de la carta magna y denunciando «argucias y trampas políticas» por parte del Legislativo.
Después del anuncio del Congreso contra Vizcarra las fuerzas armadas del Perú emitieron un comunicado en el que respaldan al gobernante, reconociendo su posición de «jefe supremo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú».
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general César Astudillo, arribó al Palacio de Gobierno, a pocas horas del anuncio oficial de la disolución del órgano legislativo, acompañado de la cúpula militar para dar su apoyo institucional.
La comitiva de altos jefes militares estuvo integrada por los comandates generales del Ejército, Jorge Celis; de la Marina de Guerra, Fernando Cerdán; y de la Fuerza Aérea, Rodolfo García.
La medida de fuerza del gobierno peruano también fue apoyada por el máximo jefe de la Policía Nacional del Perú (PNP), comandante José Luis Lavalle.
Manifestaciones espontáneas en respaldo a Vizcarra comienzan a formarse en la capital del país andino.
Perú vive así un nuevo capítulo de su agitada vida política reciente, sacudida por la renuncia de un expresidente por el caso Odebrecht, la investigación contra varios exgobernantes por el mismo tema y una cruzada de Vizcarra contra la corrupción, actitud que le ha reportado una imagen positiva ante los ciudadanos.