Sobran razones para repudiar la devastación de los bosques
Desde 2013, por proclamación de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), cada 21 de marzo se celebra el Día Internacional de los Bosques.
Muerte, extinción de especies animales, desaparición de comunidades y expulsión de poblaciones, son algunos de los hechos más relevantes de uno de los máximos símbolos de la autodestrucción de la especie humana.
La resistencia de comunidades indígenas y de poblaciones campesinas a la devastación de los bosques a manos de los grandes capitales tiene graves consecuencias sobre sus vidas.
Cientos de personas mueren cada año bajo los sistemas paramilitares de las empresas multinacionales que explotan los recursos, bajo el aparato de represión estatal o por los daños que provoca la pérdida de bosques.
Son avasallados los derechos de pueblos de países de Centroamérica, de algunas regiones de México, de naciones andinas sudamericanas, de Brasil y de casi todos los territorios de América Latina y el Caribe.
Aquí, algunas respuestas y datos para comprender la magnitud de los daños que genera la sobreexplotación de los bosques.
-Cerca del 80% de las especies silvestres terrestres viven en los bosques y casi un 90% de las personas más pobres del mundo dependen de algún modo de los recursos forestales.
-Sin embargo, cada año se pierden 4,7 millones de hectáreas de esos ecosistemas.
-La pérdida anual de bosques equivale a una superficie mayor que Dinamarca (42.000 kilómetros cuadrados) o mayor aún que la de Bélgica o los Países Bajos.
-El uso insostenible de los recursos forestales y el tráfico de vida silvestre hace que, cada año, el mundo pierda alrededor de 4,7 millones de hectáreas de bosques.
-La agricultura insostenible, el tráfico de madera, el crimen organizado y el comercio ilegal de especies de animales silvestres son asuntos claves en esta devastación.
-La destrucción implica una merma enorme de biodiversidad en la Tierra, facilita el avance del cambio climático y la destrucción del sustento de millones de familias pobres en el mundo.
-Deteriora los servicios del ecosistema boscoso y los recursos que proporciona, como el filtrado y el almacenamiento de agua dulce para garantizar la fertilidad de los suelos o para regular el clima.
-Los bosques, las especies forestales y los ecosistemas representan los medios de vida de cientos de millones de personas.
-Le preservación del bosque reivindica las prácticas de equilibrio y respeto que han llevado a cabo durante siglos numerosas comunidades indígenas.
-Según los datos de la ONU, más de 800 millones de personas viven en bosques tropicales y sabanas en países en desarrollo.
-Las comunidades indígenas y rurales mantienen una relación particularmente estrecha con esos sistemas naturales y, por lo tanto, eliminar los bosques es condenar a esos pueblos a la desaparición o a la sumisión.
-Precisamente, las comunidades indígenas y las familias rurales son las principales damnificadas, casi de manera proporcional al crecimiento de la ostentación de bienes en las grandes ciudades y de los mercados de consumo.
-Esos colectivos dependen de los bosques para satisfacer prácticamente todas sus necesidades esenciales, desde alimentos y refugio hasta energía y medicamentos.
-También mantienen una fuerte relación personal, cultural y espiritual con esos entornos, por lo que se han convertido en los custodios históricos de las reservas más importantes de diversidad biológica.
Con información de ONU, con noticias propias y de organizaciones sociales. Foto: UNICEF/Vincent Tremeau (Aldea indígena en un área remota de bosques en la República Democrática del Congo).
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