México: nuevos datos sobre la violencia política
Apenas horas después de tomar posesión en el Palacio Municipal de Tlaxiaco, estado de Oaxaca, el alcalde Alejandro Aparicio fue asesinado a balazos. Era del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), encabezado por el presidente Andrés López Obrador a nivel nacional.
Esta escena de comienzos de 2019 se repitió incontables veces durante el último proceso electoral de 2018, considerado en la prensa mexicana como el más violento de la historia. El último domingo, por ejemplo, otra regidora electa de Morena en Mazatepec, estado Morelos, también fue asesinada a balazos.
El año pasado se eligieron 3.416 cargos públicos y hubo un récord de 175 dirigentes políticos asesinados entre septiembre de 2017 y agosto de 2018, según el informe de Indicador de Violencia Política de la consultora Etellekt. Las víctimas son de todos los partidos políticos.
En el mismo período hubo 850 agresiones registradas y en el 81% de los casos las víctimas eran opositoras de los gobiernos de los estados donde ocurrieron los casos.
“Aquellas entidades con altos porcentajes de población en situación de pobreza, experimentaron los mayores niveles de violencia contra políticos y candidatos. Estados en donde el acceso a cargos públicos representa una de las pocas opciones para acceder a escalar socialmente y acceder a salarios mejor remunerados”, se lee en el informe.
Solo en el día de votación, el pasado 1 de julio, hubo siete asesinatos políticos y 138 agresiones en 26 estados de México. En los siguientes 60 días, otros 21 dirigentes perdieron la vida a manos de sicarios.