Murió un niño detenido en la frontera estadounidense
Tenía dos años y medio. Había ingresado con su madre a Estados Unidos tras una larga travesía desde Guatemala. Ambos fueron detenidos y el niño migrante terminó muerto tras semanas de estar internado en un hospital de Texas.
Esta es solo una de las miles de historias de familias y niños migrantes que llegan sin recursos a Estados Unidos con la esperanza de poder trabajar, alimentarse o simplemente por haber sido perseguidos en sus países de origen.
Solo en los primeros cuatro meses de 2019 fueron detenidos en la frontera sur de Estados Unidos más de 500 mil migrantes, según informó la Patrulla Fronteriza esta semana. La mayoría llegó desde Honduras, país en el que Estados Unidos apoyó un golpe militar contra el presidente Manuel Zelaya en 2009 y donde millones padecen la violencia y permanentes violaciones contra los derechos humanos. Guatemala es el otro país del que más salen los migrantes.
La situación de los niños migrantes es muy grave. Muchos son detenidos y separados de sus madres y/o padres y los centros de detención de menores están colapsados y carecen de equipamiento básico.
Imágenes de niños durmiendo en el suelo entre parcelas alambradas circulan para vergüenza del gobierno estadounidense, que hipócritamente exige “defender los derechos humanos” en otros países.
El niño de dos años y medio que perdió la vida es el cuarto menor guatemalteco que fallece en los últimos cinco meses tras ser detenido por la Patrulla Fronteriza. Dos de ellos -de siete y ocho años de edad- murieron cuando estaban en custodia.
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