02 abril, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
En su 15º aniversario y al poner en sus manos el número 154, América XXI anuncia que esta será su última edición impresa.
En momento de avance reaccionario y de dificultades mayores para las fuerzas antimperialistas en América Latina nos proponemos un desdoblamiento superador. Por una lado, transformación cualitativa de la página web de América XXI, que hará las veces de un diario digital con cobertura centrada en el hemisferio. Por el otro, impulso a un tabloide semanal, que pase de las cinco capitales donde se imprimió América XXI a no menos de una veintena en el continente, incluida una versión para Estados Unidos y el Caribe de habla inglesa. Esto es posible con voluntad política, combinando capacidades de publicaciones nacionales comprometidas con los principios del Alba-Tcp.
Es un proyecto de larga data, como puede constatarse en notas relativas a un nuevo aniversario de la revista, desde hace muchos años.
Hoy las exigencias son inaplazables. En el nuevo cuadro hemisférico y mundial es evidente que un mensuario periodístico no puede reflejar adecuadamente el curso de los acontecimientos.
“Para informarse y reflexionar” fue nuestra consigna desde la primera edición. Pues bien: el ritmo de la crisis capitalista, la agresividad de la Casa Blanca y los avatares de gobiernos, organizaciones y múltiples corrientes que resisten la escalada imperial exigen más efectividad, más resultados palpables, a la vez en la tarea informativa y en la reflexión profunda sobre los acontecimientos políticos, económicos y sociales en curso. El ritmo de la confrontación se acelerará de aquí en adelante.
América XXI salió a la palestra cuando la Revolución Bolivariana era desconocida o incorrectamente interpretada, no ya por el activo político de la región, sino incluso por direcciones partidarias que se proclaman vanguardias. En estos 15 años Chávez y la Venezuela en pos del socialismo del siglo XXI se dieron a conocer cabalmente. Esta revista hizo su contribución y cada quien tomó posición. A cinco años de la muerte del libertador socialista ya el cuadro mundial y regional es por completo diferente, la batalla adquirió otro carácter y un mensuario es insuficiente.
Por lo demás, es ya un hecho evidente en todo el mundo que la prensa digital tiende a desplazar y eventualmente sustituir a la prensa escrita. En línea con esa tendencia irreversible América XXI buscará dar continuidad al rigor periodístico y la inequívoca posición política mostrados en 15 años de edición impresa mediante el replanteo en todo sentido de su sitio en internet, para lograr un medio de difusión más inmediato, de mayor alcance potencial y con menor costo económico. A nuestro entender el periodismo digital no tiene futuro si se limita a cortar y pegar noticias u opiniones, sin posición tomada y la inflexibilidad conceptual y periodística exigida por un medio impreso de excelencia, a la vez que mantiene el espacio para el debate abierto. Puede existir una política de información y reflexión que en formato digital alcance a la vez celeridad, amplitud y consistencia. Es el desafío. La totalidad del equipo que colaboró durante años en la producción de América XXI asume ahora ese salto en calidad.
Yerra sin embargo quien desestime y dé por superado e innecesario al periodismo impreso. Por razones que no es el caso enumerar aquí, la coyuntura histórica hace imprescindible llegar a millones de luchadores actuales y potenciales con ideas claras y proyectos inconmovibles de transición socialista. La acción política efectiva requiere de manera insoslayable de un medio impreso capaz de poner en manos del activo comprometido la materialidad de un periódico producido a partir de una estrategia inequívoca. Por eso promovemos la creación de un tabloide semanario de alcance continental.
Es posible. Es necesario. Proponemos la constitución de un Consejo Consultivo Continental integrado por personalidades calificadas, en el amplio espectro que respalda la Revolución Bolivariana de Venezuela y se identifica con los fundamentos del Alba-Tcp.
Ese organismo elegiría un Consejo de Redacción y un Director para la producción regular del semanario. Le daría un nombre y determinaría su sede central y los criterios de funcionamiento.
Quince años atrás pusimos en marcha un proyecto aparentemente imposible. En la presentación de la primera edición, en un teatro caraqueño desbordante de militancia entusiasta, expuse sin rodeos los impedimentos que afrontaríamos. Alguien respetable y comprometido clausuró el acto lamentando que mi intervención fuera “la crónica de una muerte anunciada”. Disponibles en 11 volúmenes encuadernados o en internet, 154 ediciones prueban que exponer la verdad de las enormes dificultades de una empresa como ésta no equivale a rendirse ante ellas. Conscientes de ellas y con la misma confianza, afrontamos esta nueva etapa.