Bolivia renueva su esperanza por el Pacífico
02 abril, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
Aguardan para antes de fin de año el veredicto de La Haya
Intensos alegatos reavivaron la discusión sobre la histórica demanda boliviana. Chile endureció su posición. Evo Morales invitó a Piñera a dialogar sin esperar el fallo de la Corte Internacional.
Marzo de 2018 quedará grabado en la historia de Bolivia a la espera del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el reclamo para discutir una salida al Pacífico, previsto para antes de fin de año. Decenas de miles de personas se movilizaron en desfiles y marchas; para construir una gran bandera marítima; para seguir por televisión y desde la madrugada los alegatos que se realizaban ante el tribunal de la ONU y para recibir al presidente Evo Morales a su regreso de La Haya, Holanda, sede del máximo tribunal de la ONU.
Como estaba previsto, los técnicos y juristas bolivianos expusieron en sus alegatos las razones por las cuales Bolivia demanda a la CIJ que se pronuncie sobre la necesidad de que Chile se siente a discutir una posible salida soberana al océano Pacífico. Chile justificó su negativa y se amparó en los acuerdos firmados por ambos países en 1908, que para el gobierno de Santiago es el punto final del debate.
En 1825 Bolivia nació como república independiente con una costa sobre el océano Pacífico. En 1879, 54 años después, Chile invadió y ocupó por la fuerza el departamento del Litoral, cortándole su acceso soberano al mar. Para La Paz la demanda presentada ante la Corte en 2013 se basa en ofertas de negociación realizadas desde entonces por parte de gobiernos chilenos tras la invasión en la que Bolivia perdió unos 400 kilómetros de costa y cerca de 120 mil kilómetros cuadrados de territorio.
En sus alegatos los abogados de Bolivia intentaron poner en evidencia que los acuerdos alcanzados y las actas firmadas entre 1920 y 2011 por altas autoridades de ambos países, referidas a la restitución marítima, generan en Chile la obligación de negociar. El representante de La Paz en la CIJ, Antonio Remiro Brotóns, fue uno de los que recordó que “Chile declaró en notas (diplomáticas) que está dispuesto a entablar una negociación directa” y puso como ejemplo los intercambios diplomáticos hechos en 1920, 1950 y 1975. Agregó que uno de estos, en 1950, incluyó un lenguaje “muy claro” porque Chile aseguraba estar dispuesto a entrar “formalmente” en negociaciones con el objetivo de “satisfacer la fundamental necesidad boliviana de acceder de forma soberana al océano Pacífico”.
En la presentación Bolivia también expuso ante los jueces de la Corte dos decisiones del alto tribunal de la ONU, de 1974 y 2013, que servirían como antecedentes para determinar que los intercambios diplomáticos establecen a posteriori una obligación a negociar, una instancia negada por Chile.
A partir de allí es que La Paz pide que Chile “cumpla sus promesas” de negociar con Bolivia manifestadas por autoridades chilenas.
“Asunto cerrado”
La delegación chilena se ató al Tratado de Paz de 1904, al que definió como “un puente acordado libremente que une a ambos países” y también desacreditó declaraciones, manifestaciones y acuerdos suscriptos por gobiernos de facto, como el de Augusto Pinochet, o incluso previos al actual período democrático.
El representante de Chile ante la CIJ Claudio Grossman señaló que el Tratado de 1904 firmado tras la invasión de 1879, en la llamada Guerra del Pacífico, y que fijó las actuales fronteras entre ambos países, “resolvió plenamente todas las cuestiones pendientes entre los Estados”.
Otra de las líneas de defensa apuntadas por Grossman fueron los acuerdos de convivencia que han firmado ambos países después de 1904. Dijo que, gracias a esos convenios, “el 80% de las mercancías que circulan por el puerto chileno de Arica” es de Bolivia. Recordó que mediante las negociaciones del siglo pasado a Bolivia no se le imponen aranceles aduaneros y que el país “se beneficia” al circular por territorio chileno con el objetivo de acceder al Pacífico. La Paz cuenta en la actualidad con un acceso preferencial a los puertos chilenos de Arica y Antofagasta, donde operan sus propias autoridades aduaneras y Chile hace valer eso como gesto de acercamiento entre ambas naciones.
El abogado consideró que Santiago “ha hecho mucho más de lo que requiere el Tratado de 1904” y mencionó la “mejora de las comunicaciones” entre ambos países o la “multiplicación por cuatro” de los almacenes del puerto de Antofagasta para favorecer a Bolivia.
También puntualizó en su alegato que unos “700 mil chilenos viven en Antofagasta, es un territorio sobre el cual Chile ha ejercido soberanía durante más de 114 años”.
“Sin donaciones”
Por fuera del ámbito físico de la Corte Internacional de Justicia las opiniones políticas sobre lo expuesto ganaron los principales espacios de la prensa. Mientras transcurrían los alegatos, funcionarios del gobierno chileno endurecieron las posiciones políticas del Ejecutivo que lidera desde el 11 de marzo, y por segundo período, el presidente Sebastián Piñera. El jefe de Estado declaró que Bolivia “no tiene derecho alguno a territorio o mar”. Señaló que “el tratado entre Chile y Bolivia de 1904 fue válidamente celebrado, se encuentra plenamente vigente y fijó con claridad y a perpetuidad los límites entre ambos países”.
Piñera aseguró que el equipo chileno “demostró la fragilidad de los argumentos bolivianos” y en tono nacionalista agregó: “Este presidente, al igual que lo han hecho todos mis antecesores, sabrá defender con firmeza y eficacia, nuestro territorio, nuestro mar y nuestra integridad y soberanía”.
También el canciller de Chile, Roberto Ampuero, fue contundente: “Chile no está dispuesto a ceder territorio ni a donar territorio basado en una supuesta obligación de negociar y de hacerlo como lo quiere o lo intenta plantear Bolivia”. Cuestionó que la delegación boliviana construyó “una narrativa continuada”, con citas, notas y declaraciones que “están fuera de contexto y desvirtúan la historia real”.
“Abiertos al diálogo”
La conclusión del presidente Morales es que Chile “no tiene argumentos” contra la demanda boliviana. A cambio ofreció en varias oportunidades al nuevo gobierno de Sebastián Piñera sentarse a resolver este conflicto centenario sin esperar el fallo de la Corte.
“Estamos abiertos al diálogo. No estamos pidiendo que nos regalen algo, sino que cumplan con sus compromisos y eso es el diálogo”, dijo. Recordó que en el inicio del primer mandato de Piñera en 2010 abordaron esta cuestión, aunque luego Chile “actuó con una política de dilación” sin concretar soluciones. “El diálogo siempre está abierto”, insistió.
Morales afirmó que Chile eludió el origen del problema con Bolivia que es la invasión a Antofagasta en 1879. “Si no había invasión no había ningún tema pendiente con Chile, si no había invasión no había esta demanda, entiendo que indirectamente reconocen, pero es el tema de fondo”, dijo.
El jefe de Estado rechazó que Chile insista en que todos los temas pendientes con Bolivia fueron zanjados con el “Tratado de Paz y Amistad” de 1904. “Debemos recordar que este tratado no ha garantizado el libre tránsito de personas ni mercancías, ha sido un permanente freno a nuestro desarrollo económico y un mecanismo de violación de derechos humanos con este tratado”, respondió.
En las calles
Morales fue ovacionado cuando ingresó, de madrugada, al Palacio de Gobierno a su vuelta de La Haya para informarle a su gabinete las conclusiones de los alegatos. Fue el cierre de un mes intenso de movilizaciones populares en diferentes ámbitos.
Las exposiciones ante la Corte de La Haya de los días 19, 20 y 26 de marzo fueron seguidas por autoridades de gobierno, legisladores, funcionarios, personal diplomático, representantes de organizaciones sociales y población en general. El escenario se repitió en diferentes ciudades de Bolivia y en representaciones diplomáticas del mundo. En Bolivia las veladas comenzaban a las 4 de la mañana, por la diferencia horaria con Holanda.
Coincidentemente la Corte convocó a estos alegatos con las celebraciones por el Día del Mar. El 20, miles de estudiantes se organizaron con apoyo de la Armada para desfilar en distintas ciudades del país y pedir “mar para Bolivia”, como parte de las actividades por el Día del Mar. Tres días después el presidente Morales encabezó en La Paz el acto central para recordar los 139 años de la pérdida del litoral, fecha que dio origen a la celebración del Día del Mar.
Antes de eso, miles de personas desplegaron en la carretera que une La Paz y Oruro una bandera de reivindicación marítima de 196.5 kilómetros de longitud, la más larga del mundo. De color azul y con 10 estrellas bordadas, una por cada departamento, incluido el Litoral perdido, fue confeccionada por organizaciones sociales, estudiantiles, académicas, privadas, campesinas, indígenas, mineras, ente otras, y logró el objetivo de mostrar la unidad de los bolivianos.