Más de 150 países aprueban el Pacto Migratorio de ONU
Más de 150 países aprobaron durante la conferencia intergubernamental de la ONU, en Marrakech (Marruecos), el llamado Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular de Naciones Unidas (ONU).
La aprobación de este discutido acuerdo se produjo por aclamación entre los representantes que asistieron al encuentro en Marruecos aunque una decena de ellos desistieron de hacerlo en los últimos meses.
Quince jefes de Estado, ocho primeros ministros y numerosos cancilleres y otros representantes de las delegaciones tomaron parte en este encuentro que se extenderá hasta este martes.
La sesión plenaria estuvo presidida por el secretario general de la ONU, António Guterres; la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa, y Naser Burita, el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, el país anfitrión de la conferencia.
Guterres se refirió a los países que se negaron a firmar el pacto, expresaron reservas sobre el texto o pidieron más tiempo, al aclarar que «no es un tratado» y «no es jurídicamente vinculante» y lamentó las «falsedades» sobre el documento y el fenómeno migratorio.
El secretario general de la ONU explicó que el texto garantiza «el derecho soberano de los Estados a determinar su política de migración y su prerrogativa para gobernar la migración dentro de su jurisdicción, en conformidad con el derecho internacional».
La presidenta de la Asamblea General de la ONU, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, destacó que este «es un momento histórico porque damos un rostro humano a la emigración» y alertó que los Estados «por poderosos que sean, no pueden afrontar el reto migratorio solos».
Estados Unidos se opuso a este acuerdo desde el momento en que fue presentado por la ONU. Aunque el resto de las naciones lo firmó, en julio pasado, luego se fueron retirando.
De América Latina y el Caribe sólo dos gobiernos decidieron rechazarlo: Chile y República Dominicana. También se negaron a firmar Australia, Italia, Israel y países centroeuropeos como Austria, Hungría, Polonia, Estonia, Bulgaria, República Checa.
En Chile, el gobierno de Sebastián Piñera, consideró que «la migración no es un derecho humano», expresado en palabras del subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla.
“Nosotros decimos que la migración no es un derecho humano. El derecho lo tienen los países de definir las condiciones de ingreso de los ciudadanos extranjeros», dijo Ubilla, quien fue el representante del Gobierno de Piñera para explicar el rechazo.
Pese a los argumentos de estas naciones, todos los oradores en Marruecos reafirmaron que la soberanía de los estados no se verá de ningún modo disminuida, que no es vinculante, y que la migración plantea problemas globales y requiere soluciones globales.
En su discurso en Marrakesh, este lunes, la canciller alemana, Angela Merkel, fue de las más aplaudidas cuando hizo una férrea defensa del acuerdo.
«La inmigración trae prosperidad», dijo, y agregó que el bloque europeo «va a necesitar un mayor número de mano de obra cualificada de fuera» de ese territorio.