ONU reconoce a Bolivia por proteger lenguas indígenas
Desde 2006 Bolivia es líder en la defensa y reivindicación de los pueblos y las culturas indígenas en su territorio y en el mundo. Fue uno de los grandes impulsores del Año Internacional de las Lenguas Indígenas y actualmente busca que el año se convierta en década. Además, trabaja en la creación de un instituto de lenguas indígenas y, a nivel nacional, ha lanzado una aplicación móvil de sus idiomas originarios.
“En aquellos tiempos no eran reconocidas las naciones indígenas originarias como tal, más bien estaba prohibido que habláramos la lengua e inclusive que fuéramos a la escuela. Era un sufrimiento en Bolivia, nos habían discriminado tanto hasta que nos hicieron avergonzar de nuestro propio idioma, de nuestra vestimenta y de nuestra forma de ser. Nos alienaban a un sistema distinto de vivir que venía de las costumbres españolas, no sé de qué parte.”
Así recuerda su infancia y adolescencia Félix Ajpi, boliviano aymara de 63 años, secretario de Desarrollo Productivo de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (FOTO).
Sus padres eran de la provincia Ingavi, en el altiplano boliviano, pero debieron migrar por motivos políticos y de sequías en su región a zonas bajas del país, donde tuvieron que convivir con otras lenguas, por lo que el idioma de comunicación era el español. Cuando Félix tenía 9 años, la familia regresó al pueblo de origen y Félix empezó a ir a la escuela. Ahí aprendió aymara, pero no porque se lo enseñaran en clases ya que los maestros generalmente no pertenecían a los pueblos originarios y no les interesaba que los niños no entendieran o que hablaran sus lenguas, sólo imponían el español con libros y otros materiales que no eran adecuados para las comunidades donde enseñaban.
“Por ejemplo, en nuestras comunidades no sabíamos del pastel y nos enseñaban ´comer pastel´, no teníamos la menor idea de lo que era un pastel”, dice.
Cambios radicales
Actualmente, esta situación ha cambiado… “Radicalmente, sobre todo a partir de 2005. Hemos batallado tanto para tener el poder político. Las 36 naciones ahora nos concentramos en cinco grandes organizaciones en un pacto de unidad que controla el poder político, obviamente con la participación de los obreros y de la clase media. Son 13 años de batalla, ahora es obligación saber necesariamente por lo menos un idioma originario para estar en la función pública. Un ministro, un viceministro tiene que saber aunque no tenga un origen indígena, tiene que saber”, subraya.
Félix Ajpi es hoy secretario de Desarrollo Productivo de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia y observa con satisfacción los cambios en marcha en su país.
“Hoy en día, las 36 lenguas originarias en Bolivia son idiomas oficiales. En Bolivia se tiene que hablar y enseñar inicialmente en la lengua originaria.”
Félix tiene hijos que, al igual que él, aprendieron el aymara después del español, cuando ya habían crecido. En cambio, sus nietas sí hablan esa lengua porque se les enseña en la escuela.
Esta reivindicación es motivo de orgullo, pero Félix aclara que las lenguas originarias se hablan para la identificación de los valores culturales, mientras que la comunicación a nivel intercomunitario es en español.
Presidente indígena
Con la llegada de Evo Morales, un indígena aymara a la presidencia en 2006, Bolivia transformó su constitución republicana en un Estado Plurinacional y asumió un papel de liderazgo en la defensa y reivindicación de los pueblos y las culturas indígenas, comenzando por los 36 pueblos originarios que viven en su territorio, que empezaron a ejercer sus derechos, entre ellos a hablar sus lenguas con libertad.
Bolivia es el país de América Latina con mayor proporción de población indígena. Según el censo de 2001, el 62% de los bolivianos era parte de algún pueblo originario; sin embargo, para 2012 sólo el 41% de la población mayor de 15 años se autoidentificó como indígena, una cifra que suscitó dudas debido a la gran disminución con respecto a la registrada apenas un decenio antes. Una de las posibles explicaciones de este fenómeno podría ser la migración a las ciudades y la pérdida de la lengua, señalan los expertos.
Para proteger a las naciones indígenas, Bolivia ha implementado en los últimos 13 años una serie de transformaciones políticas, económicas, sociales, culturales, ambientales, jurídicas y normativas que, entre otras medidas, incorporaron las 36 lenguas originarias a la Constitución Política del país, lo que implicó una reforma de las leyes educativas y la creación del Instituto Plurinacional de las Lenguas Indígenas.
Freddy Mamani Machaca, jefe de la Unidad de Coordinación para la Diplomacia de los Pueblos y los Pueblos Indígenas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, considera, sin embargo, que el trabajo apenas comienza.
“Cuando muere un idioma indígena, lamentablemente mueren los saberes, conocimientos, la cultura, las formas de organización, las formas de transición, los conocimientos sobre semillas, que son fundamentales para los pueblos indígenas. En ese sentido, estamos trabajando intensamente con todas las instituciones del Estado, con las organizaciones del Pacto de Unidad, que son cinco organizaciones a nivel nacional que reúnen a las 36 naciones indígenas originarias, campesinos interculturales de nuestro país, trabajando fuertemente para conservar a través de planes, programas y proyectos sobre la institucionalidad de las lenguas indígenas”, apunta.
En Bolivia viven 36 pueblos indígenas, cada uno con su idioma propio, aunque tres de ellos están en peligro de extinción y forman parte de programas especiales de rescate. Las lenguas más habladas son el quechua, el aymara y el guaraní.
FOTO DE PORTADA: Danza de los Macheteros del Beni, patrimonio cultural de Bolivia. Ministerio de Comunicación de Bolivia.
FOTO INTERMEDIA: Pujllay: Danza indígena tradicional de Tarabuco en el departamento de Chuquisaca, Bolivia. Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia.
ARTICULO COMPLETO: Bolivia, a la vanguardia en la protección y promoción de las lenguas indígenas