Aflora la división entre los demócratas estadounidenses
Bernie Sanders y Elizabeth Warren fueron el ala progresista en el debate de anoche. Este miércoles, otros candidatos.
Un debate televisivo del que participaron precandidatos presidenciales del Partido Demócrata de cara a las primarias y a las generales de 2020 visibilizó la división, por momentos profunda, entre dos grandes corrientes dentro de la oposición estadounidense.
La prensa de Estados Unidos traza una línea entre «izquierdistas y moderados» para diferenciar a los progresistas de los conservadores dentro de los demócratas que pretenden derrotar a Donald Trump el año próximo.
Se trata de la profundización de una división que se observa desde hace algunos meses en el Congreso de Estados Unidos, donde las alas más progresistas y más jóvenes presionan para que el Partido Demócrata avance sobre Trump en un juicio político por las diferentes causas que se le investigan.
La corrientes progresista unió en la noche del martes a Bernie Sanders y Elizabeth Warren, las dos caras visibles del sector apoyado por un grupo de legisladores entre los más jóvenes y varios de origen latino y de otras latitudes.
Warren, senadora por Massachusetts, y Sanders, senador por Vermont, cargaron contra un grupo de «moderados» liderado por el ex congresista John Delaney. La particularidad es que Sanders y Warren están por encima del resto en las encuestas de cara a las primarias aunque por debajo de Joe Biden, que participará de un debate esta noche.
Warren acusó a sus copartidarios de usar argumentos republicanos en su rol de candidatos opositores. «No entiendo por qué alguien se toma la molestia de presentarse a presidente de Estados Unidos para hablar sobre lo que no podemos hacer y para lo que no debemos luchar», ironizó.
Sanders abonó la tesis: «estoy un poco cansado de los demócratas con miedo de las grandes ideas; los republicanos no tienen miedo de las grandes ideas».
Previsiblemente ambos fueron el blanco de las críticas de otros ocho candidatos al acusarlos de promover ideas que luego no se podrán cumplir.
Este segundo debate se realizó en la noche del martes en Detroit (Michigan), fue difundido por la cadena CNN y se extendió por dos horas y media.
Entre otros asuntos, los precandidatos discutieron el sistema de salud en el que Sanders y Warren son los únicos que defienden un modelo público («Medicare for all») que contempla la supresión de las aseguradoras privadas.
La propuesta de un sistema de atención médica universal gratuita fue cuestionado y hasta ridiculizado por los otros demócratas, que la consideran una iniciativa poco viable y que implicaría acabar con los seguros privados.
Delaney se preguntó “¿por qué tenemos que ser parte de quitarle algo a la gente?” y acusó a Sanders y Warren de decirle a la mitad del país “que su seguro de salud es ilegal”.
Sanders, autor de la propuesta de salud universal, reafirmó que la salud es “un derecho humano, no un privilegio” y prometió “luchar por eso”.
Warren defendió la propuesta al remarcar que ‘Medicare for All’ no quitaría derechos a la atención en salud, algo que “los republicanos están tratando de hacer”.
También se discutió fuerte sobre migración, asunto sobre el que todos señalaron a Trump como el enemigo común, pero difirieron en el fondo de la cuestión, de cómo tratarlo y resolverlo.
El gobernador de Montana, Steve Bullock, señaló que «tenemos a 100.000 personas en la frontera en estos momentos. Si descriminalizamos la entrada, si damos salud gratuita para todos, tendremos a muchos más».
Sanders refutó que «si una madre y su niño hacen un camino peligroso de miles de millas, bajo mi punto de vista, no son criminales».
Warren propuso “expandir la inmigración legal” y “crear un camino no solo para los soñadores, sino también para las abuelas y para las personas que han estado trabajando y para los estudiantes que han excedido sus visas”.
Durante el debate también abordaron asuntos como la regulación de armas, la deuda estudiantil, impuestos a la riqueza, la crisis climática y, en menor medida, la política exterior.
Además de los mencionados Sanders, Warren, Delaney, Ryan y Bullock, participaron el alcalde de South Bend, Pete Buttigieg; el ex gobernador de Colorado John Hickenlooper; la senadora Amy Klobuchar; el ex congresista Beto O’Rourke y la escritora Marianne Williamson.
Este miércoles otros diez aspirantes participarán en la segunda parte del debate, entre ellos los otros grandes favoritos, la senadora Kamala Harris y el ex vicepresidente Joe Biden, el máximo favorito, según las encuestas.
Algunos aspirantes de menor peso entre la veintena de postulantes podrían ser excluidos de próximos debates si no logran mejorar en las encuestas y, sobre todo, en la recaudación de fondos dispuestos por el Comité Nacional Demócrata (DNC).
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