“El rumbo continuará con Lenin Moreno”
05 diciembre, 2016
category: EDICIONES IMPRESAS
Correa culminará 10 años de mandato en Ecuador
El Presidente confía que su candidato ganará las elecciones en febrero. Tres frentes opositores lo atacan de forma articulada. Sus presidencias cambiaron el rumbo y la política del país.
Después de casi una década de gobernar y luego de haber encabezado numerosos triunfos electorales, el Presidente Rafael Correa se prepara para dejar el poder con la seguridad de que su ex vicepresidente, Lenin Moreno, lo sucederá en el cargo una vez terminadas las elecciones de febrero de 2017.
El mandatario se manifiesta optimista porque confía en la aceptación popular del proceso político de la Revolución Ciudadana. “El triunfo se garantiza con una oposición mediocre. Saben que no van a ganar la Presidencia de la República y buscan captar la Asamblea Nacional, para torpedear desde ahí, tal como lo han hecho en países de América Latina”, agregó Correa al exhortar a la ciudadanía a seguir confiando en el proceso político actual. “El rumbo se mantendrá, corrigiendo los errores que se pudieron haber cometido. Estoy seguro que Moreno lo podrá hacer mejor”, sostuvo el Presidente con la convicción de que los sectores tradicionales que ahora buscan volver a gobernar serán rechazados en las urnas.
Correa asumió el mando de Ecuador en enero de 2007 sin un solo legislador propio, porque la organización política que lo respaldaba, Alianza País, no presentó candidaturas para el Congreso Nacional. Su bandera de campaña fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente, que finalmente preparó y aprobó una nueva Constitución, ratificada en el referendo de 2008.
A los cinco días de asumir el mandato, el Jefe de Estado instauró una nueva forma de comunicación directa con la población. Así nacieron los denominados Enlaces Ciudadanos, informes semanales de las actividades que desarrolla su gobierno, que el 12 de noviembre alcanzaron la cifra de 500 emisiones. Correa los encabezó tanto a escala nacional como internacional, ya que en sus viajes oficiales aprovechó para rendir informes a los ecuatorianos residentes en diferentes países del mundo.
“Estoy seguro de que el pueblo ecuatoriano jamás permitirá que se retroceda en derechos, en la nueva democracia que vive el país, cualquiera que sea el próximo gobierno también tendrá que rendir su informe semanal porque la gente se lo va a exigir”, señaló el mandatario. En opinión del Director del Centro de Estudios Superiores de Comunicación Para América Latina (Ciespal), Francisco Sierra, “estar en contacto con las localidades, con los responsables públicos en el territorio, con la propia población, permite que el Gobierno esté al tanto de la construcción del Estado desde el último punto del país al centro o la capital. Es una nueva forma de hacer política, de rendición de cuentas, que no es sólo deseable sino que debería ser exigible para cualquier gobernante”. Muchos analistas y otros ciudadanos destacan el estilo pedagógico y democrático, que recuerda los Aló Presidente de Hugo Chávez, así como el hecho de dialogar sobre los problemas nacionales.
“Hay un nuevo estilo de hacer política, ya no vamos a timbrar tarjeta ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Aquí a los únicos a los que nos sometemos es al pueblo ecuatoriano”, apuntó el jefe de Estado tras asegurar que el Gobierno tiene “el deber de informar a los mandantes”. “Con la Revolución Ciudadana el mandante ya no es el FMI, el Banco Mundial, ya no son la oligarquía, los grandes comercios, la Asociación de Bancos, la SIP (Sociedad Iberoamericana de Prensa), los medios de comunicación. En este gobierno, con la revolución, los mandantes son ustedes, los campesinos, los trabajadores, los afros, los pequeños comerciantes, los empresarios honestos, nuestros indígenas”, manifestó Correa.
Una nueva forma de comunicar y hacer política comenzó hace ya casi una década y todos reconocen que por esta vía el Presidente ha alcanzado un alto grado de credibilidad y de confianza en la población.
Economía y popularidad
Con una economía venida a menos por la baja en los precios del petróleo, la devaluación de la moneda de países vecinos y la revalorización del dólar (la moneda de uso nacional), el Gobierno logró superar una crisis que afectó al país especialmente los dos últimos años. A inicios de 2016 el mandatario remarcó que si el país pudo “pasar el año 2015 sin un sólo centavo de ingreso petrolero para el gobierno central, somos capaces de lograr todo lo que nos propongamos”. Ese año se perdieron ingresos por 7 mil millones de dólares.
Un mérito del Gobierno fue no ocultar los problemas de la economía nacional y llamar a los ciudadanos a no dejarse “ganar la moral”.
A pesar de las complicaciones, el nivel de aceptación de la presidencia de Rafael Correa roza el 60% según fuentes oficiales. Entre las consultoras privadas los números difieren. De acuerdo con la última encuesta de Perfiles de Opinión, más del 62% de los habitantes de las tres principales ciudades –Quito, Guayaquil, Cuenca– califica la gestión presidencial de buena o muy buena. Pero la empresa Cedatos señala que el 51% de los encuestados desaprueba la gestión y el 41% la apoya.
Según el propio Correa, la oposición inició una estrategia desestabilizadora y pidió a la ciudadanía no dejarse llevar por falsos mensajes. “Ya empezaron la campaña electoral los mismos de siempre, entendamos a qué nos estamos enfrentando. La supuesta izquierda radical calienta las calles, para que la derecha coseche en las urnas. Se van a oponer a todo, todo el tiempo”, alertó.
Golpe de corrupción
“Podrán doblarnos, pero no podrán rompernos; podrán cansarnos, pero no podrán rendirnos”, aseguró el Presidente al referirse a la férrea oposición que han lanzado los tres frentes –la ultraderecha, la derecha tradicional y un sector opositor de izquierdas– que buscan llegar a Carondelet con un discurso de lucha contra la corrupción. Justamente un escándalo denunciado en la estatal Petroecuador ha sido la bandera de lucha para fustigar al Gobierno. El ex ministro de Energía, Carlos Pareja Yanuseli, quien además ocupó la gerencia de Petroecuador, se vio involucrado en actos de corrupción en la reconstrucción de la refinería Esmeraldas, obra en la que se denuncia un sobreprecio y cuyo costo total supera los 1.200 millones de dólares.
El ex ministro Pareja logró fugarse del país, pero al menos tres funcionarios fueron arrestados por la Policía, que durante una serie de allanamientos ordenados por la Fiscalía logró decomisar alrededor de 400 mil dólares en los domicilios de los arrestados, así como vehículos y otros bienes que se presume serían parte del ilícito.
“Lo que hizo Carlos Pareja en Petroecuador fue una traición. Seguimos en la investigación no quedará en la impunidad. No por venganza, no por revancha, por justicia”, afirmó el Presidente, que ha pedido una reunión semanal para que desde el Gobierno se le informe lo que ocurre con el caso Petroecuador. “Lo que hizo Carlos Pareja fue una puñalada en la espalda. No es sólo un ladrón, un sinvergüenza, un traidor; traicionó la confianza que le dio el Presidente”, fustigó.
Política internacional
Cuando culmine su mandato, Correa podrá recordar algunos grandes logros en materia de soberanía y política exterior. En septiembre de 2009, Ecuador retomó formalmente el control de la base militar de Manta, luego de 10 años de ocupación de las fuerzas militares estadounidenses, que la arrendaron como parte del Plan Colombia y sin pagar un centavo al Estado ecuatoriano.
Otro hito de su presidencia fue la realización de una inédita auditoría de la deuda externa. Tras ser electo, Correa hizo un llamado a renegociar los más de 10 mil millones de dólares de lo que llamó la “ilegítima” deuda externa, debido a que fue contraída por los regímenes corruptos que gobernaron el país. A su vez ordenó la expulsión del director del Banco Mundial en Ecuador. Si bien por esa vía no se pudo anular el pago de la deuda, tras comprobar numerosos fraudes el Gobierno consiguió una quita importante.
En línea con otros gobiernos de la región, Correa fue uno de los impulsores de la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), cuya sede se construyó en Quito. Durante la inauguración del edificio, que se ubica simbólicamente al lado del monumento a la Mitad del Mundo, expresó que Suramérica abarca una población de más de 400 millones de personas, representa el 6% del PIB mundial, posee un tercio de las reservas de agua dulce planetarias y liderará la producción de alimentos y reservas de hidrocarburos por los próximos 100 años.
En 2009, Ecuador se integró formalmente a la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (Alba), bloque que motorizó la dinámica de convergencia regional por todo un período.
Ecuador profundizó sus relaciones con China, que ha financiado importantes obras de infraestructura, como la hidroeléctrica más grande del país, Coca Codo Sinclair, inaugurada el 18 de noviembre durante la visita del presidente Xi Jinping. Pese a haber criticado constantemente la política internacional estadounidense, especialmente por el bloqueo que mantiene con Cuba, el gobierno no tuvo relaciones conflictivas con el presidente Obama.
Ahora el desafío de Correa es demostrar al mundo que en Ecuador la Revolución Ciudadana puede continuar su marcha sin su liderazgo. El 19 de febrero se sabrá si tuvo razón.