Bolivia en alerta por el intento de golpe contra Evo Morales
Este viernes se agravó la situación institucional en Bolivia como parte del intento de Golpe de Estado contra el presidente Evo Morales que denunciado por el propio Ejecutivo ante la comunidad internacional.
Una de las acciones más graves fue el amotinamiento de policías en varias ciudades y departamentos del país y si bien el Gobierno Plurinacional logró mantener el control en algunas regiones, la situación era grave en otros distritos.
El motín policial estalló primero en Cochabamba y desde allí se extendió a Sucre, Tarija y Santa Cruz. Sin embargo, el comandante de la Policía, Yuri Calderón, aseguró que la medida más grave únicamente se presentó en Cochabamba donde luego se produjo el cambio del comandante departamental.
Si bien el amotinamiento fue celebrado por los sectores que piden la renuncia de Morales, ningún grupo policial de manera orgánica se pronunció en ese sentido.
En algunos sitios se produjeron reivindicaciones salariales, en otros reclamos contra sus superiores y, en algunos casos, señalaron que la protesta buscaba evitar reprimir a la población.
Cerca de la medianoche, el Ministro de Gobierno, Carlos Romero, escribió: «convoco a la Policía a que pueda balancear sus peticiones y las vamos a atender en el marco que lo institucional este separado de lo político».
Esta situación se dio al final de una semana donde se produjo la intensificación de la violencia promovida por grupos de extrema derecha que confrontaron con los seguidores del Movimiento al Socialismo, que lidera Morales.
Sobre el final del día, el Gobierno denunció que está en marcha un intento de golpe de Estado. Primero fue un comunicado de Cancillería para informar al mundo sobre la situación y luego el propio presidente Morales para pedirle al pueblo que defienda la democracia.
“Hermanas y hermanos, nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional. Denunciamos ante la comunidad internacional este atentado contra el Estado de Derecho”, escribió Morales en la red social Twitter.
“Convoco a nuestro pueblo a cuidar pacíficamente la democracia y la CPE para preservar la paz y la vida como bienes supremos por encima de cualquier interés político. La unidad del pueblo será la garantía para el bienestar de la Patria y la paz social”, completó.
Antes, Cancillería denunció “ante la comunidad internacional que el dirigente cívico Fernando Camacho y el candidato de la alianza política Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, impulsan un plan de golpe de Estado que incluye la toma de la Casa de Gobierno”.
El escenario del intento del golpe se aceleró con el correr de las horas mientras la derecha intenta reunir fuerzas para avanzar en su objetivo el lunes próximo.
El opositor derechista Luis Fernando Camacho confirmó que busca sumar fuerzas para exigir el próximo lunes en La Paz la renuncia de Morales por el supuesto fraude en las últimas elecciones.
Precisó que irá al Palacio de Gobierno acompañado de diferentes sectores opositores en una «acción única, total, definitiva y tajante» para entregar personalmente la carta que reclama la dimisión del mandatario.
«Y no nos vamos a mover hasta que sea aceptada y el presidente renuncie», amenzó este dirigente que decidió liderar el golpe pese a que la OEA aún no concluyó la auditoría del escrutinio que le dio el triunfo a Morales en primera vuelta.
El resto de comités cívicos y el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) prometieron movilizarse a la capital para apoyar a Camacho, según acordaron el jueves en una reunión en la capital.
Morales dejó muy en claro este viernes que no renunciará y denunció que las denuncias de fraude son un pretexto para quitarlo del Gobierno. «Ahora ya no quieren fraude, ni siquiera segunda vuelta, ni siquiera otras elecciones», dijo.
Denunció que las protestas, la violencia y las denuncias de fraude están impulsadas por «grupos que tienen mucha plata y no les afecta» la grave situación que -dijo- «están afectando a pobres hermanos que comen del trabajo del día».
«La derecha dice: ‘Evo tiene que renunciar’. Quiero decirles a ustedes, a todo Bolivia y al mundo que no voy a renunciar. Somos electos por el pueblo y respetamos la Constitución», concluyó.
En contexto
La protestas en Bolivia fueron luego seguidas por violencia tras las denuncias del derrotado Carlos Mesa de un «fraude gigantesco» en las elecciones presidenciales del pasado 20 de octubre.
Morales pidió a la Organización de Estados Americanos (OEA), apoyada por países como España, México o Perú, que realice una auditoría electoral de carácter vinculante, pero Mesa no la aceptó.
Este viernes, la empresa Hacking tico, contratada por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, informó que las elecciones presentaron «vicios de nulidad», pero no especificó detalles.
El informe privado destacó 11 conclusiones sobre esos «vicios de nulidad» pero aclaró que «es difícil para nosotros decir si hubo fraudes o no».
El director de la compañía con sede en Panamá, Alvaro Andrade, afirmó que «lo que puedo decir es que no se han realizado los procedimientos adecuados», pero sin dar mayores detalles.
Tras este «informe», Mesa pidió al vicepresidente, Álvaro García Linera, la renovación total del órgano electoral para una urgente convocatoria a nuevas elecciones antes del 22 de enero, fecha en la que Morales termina su actual mandato.
La situación se asemeja y mucho a la generada por la derecha en Venezuela que acusó de fraude al Gobierno cuando Nicolás Maduro fue reelecto a fine de 2018 y que actualmente ejerce un mandato «desconocido» por el golpismo.
El rol del gopista Juan Guaidó parece estar siento liderado en Bolivia por Camacho que, por estas horas, busca apoyo interno para avanzar el lunes y apoyo internacional.
LECTURA COMPLEMENTARIA:
COMUNICADO OFICIAL: en marcha un golpe de Estado en Bolivia
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