Colombia: la Marcha por la Dignidad llegó a Bogotá
Recorrió 600 kilómetros en dos semanas para denunciar la grave situación de violencia contra representantes sociales.
Líderes indígenas, afrodescendientes, campesinos, excombatientes y personas del colectivo LGTBI llegaron este viernes a Bogotá luego de recorrer 600 kilómetros en dos semanas desde Popayán para denunciar la grave situación del Cauca, donde fueron casi un centenar de defensores de Derechos Humanos y ex combatientes que en 2016 firmaron la paz y dejaron las armas.
El asesinato de 57 defensores y defensoras de derechos humanos y 37 excombatientes desde la firma del Acuerdo de Paz hacen del Cauca la región de Colombia más violenta para quienes son víctimas de grupos paramilitares, del narcotráfico, de frentes de la guerrilla que no firmaron los acuerdos de paz y de las fuerzas del Estado, en su gran mayoría en hecho que quedan impunes.
«Disculpe las molestias… pero nos están asesinando», fue la consigna con la que los manifestantes se abrieron paso por las calles de la capital colombiana, en general bastante distante de la realidad por la que atraviesan en las zonas rurales o localidades pequeñas líderes y lideresas sociales que son víctimas de la violencia de los grupos ilegales o del Estado.
La llegada a Bogotá estuvo precedida por actos en pueblos, comunidades y ciudades de 22 municipios, reclamando pacíficamente contra la violencia y la impunidad en la que se desenvuelven la mayoría de los hechos contra los representantes de organizaciones.
Los manifestantes también reclamaron al gobierno de Iván Duque la puesta en práctica del acuerdo de Paz entre el presidente anterior, Juan Manuel Santos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo alcanzado en La Habana, Cuba, en 2016.
El recorrido, explicaron los organizadores en diversos comunicados, buscó «romper el silencio contra del hambre y la pobreza provocada por décadas de malos gobiernos aliados a estructuras mafiosas y genocidas que han fortalecido a los paramilitares y militares violadores de niñas y niños, estructuras estatales de la policía que despojan, desplazan y asesinan a los defensores de la vida».
Los caminantes aclararon en todo momento que cuentan con todas las medidas de seguridad sanitaria que exige la pandemia de coronavirus en momentos en que Bogotá volvió a una cuarentena estricta escalonada tras el repunte de casos y tras superar el 80% de las camas de terapia intensiva ocupadas.
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