«El agua es para los pueblos y no para las transnacionales»
«Si el capitalismo salvaje continúa, estaremos condenando a las futuras generaciones a una catástrofe mundial. El agua es un derecho, debe ser para los pueblos y no para las transnacionales», dijo Evo Morales.
La afirmación del líder político y social latinoamericano fue hecha en diciembre pasado, luego de que se anunciara que los futuros del agua comenzarán a comercializarse en Wall Street ante los crecientes temores de que este recurso natural pueda escasear en la mayor parte del mundo.
La empresa CME Group, responsable de comercializar en Wall Street, argumentó entonces que «dos mil millones de personas viven en naciones plagadas de problemas con el agua y casi dos tercios del mundo podrían enfrentar escasez de agua en solo cuatro años».
«Cotizar el agua en Wall Street es como ponerle precio a la vida», dijo Evo Morales, quien siendo presidente de Bolivia impulsó ante la ONU que se declare al agua como un derecho humano y no como un bien comercial.
En este Día Mundial del Agua, Naciones Unidas recordó que el agua es un recurso cada vez más escaso en un mundo que la necesita para encarar sus grandes desafíos demográficos y climáticos.
Un nuevo informe de la ONU divulgado este lunes señaló que la falta de reconocimiento de su valor es la principal causa de su mal uso y desperdicio.
«El acceso al agua es también un derecho humano; sin embargo, 2200 millones de personas carecen de este acceso», señaló la ONU siguiendo los lineamientos de Evo Morales, de pueblos originarios, poblaciones rurales y territorios donde el recurso es escaso.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) atribuye el descuido y desperdicio del agua a que generalmente se piensa en ella sólo en términos de costo, sin percibir el inmenso valor que tiene y que ningún precio puede reflejar.
“Esta falta de conciencia sobre su papel clave para la existencia misma es la principal causa de su mal uso y desperdicio», señaló.
UNESCO pidió «reconocer, medir y expresar el valor del agua e incorporarlo en la toma de decisiones son fundamentales para lograr una gestión sostenible y equitativa de los recursos hídricos”.
El estudio “El valor del agua” evalúa el estado actual y los desafíos para la valoración del agua en diferentes sectores y perspectivas e identifica formas en las que esta valoración puede promoverse como una herramienta para ayudar a lograr la sostenibilidad.
La UNESCO enfatiza la diferencia entre el precio, el costo y el valor del agua y argumenta que no se trata de una materia prima que pueda tratarse como un producto de consumo y negociarse en el mercado de valores.
En América Latina, se atribuye “un bajo valor” al agua, fomentando su sobreexplotación y contaminación, especialmente en un contexto de creciente inestabilidad climática.
El estrés hídrico de la región alimenta conflictos, ya que varios sectores, incluidos la agricultura, la energía hidroeléctrica, la minería e incluso el agua potable y el saneamiento, compiten por los escasos recursos, señala.
Los costos del uso del agua o de su mantenimiento (una vez que se ha otorgado la concesión o el derecho a utilizarla), suelen ser nulos o insignificantes, dice el informe.
El agua representa un “subsidio implícito” que no refleja su valor estratégico. Además, la mayoría de los países de la región “no han destinado suficiente financiación a la aplicación adecuada de la ley en los casos de contaminación y sobreexplotación”.
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