Pueblo de Colombia quebró otro proyecto de Duque
Jornada ejemplar y ejemplificadora la de este miércoles en Colombia, jornada de un nuevo Paro Nacional en el día 22 de protesta ininterrumpida: el Gobierno archivó su inmoral proyecto de reforma del sistema de salud y aceptó -al menos de palabra- reformar la doctrina de la policía.
Los organizadores de las masivas movilizaciones, reunidos en el Comité Nacional de Paro, y las organizaciones que se manifiestan por fuera de este colectivo social y sindical protagonizaron una multitudinaria movilización.
Además de lograr que el presidente Iván Duque archivara su proyecto de salud, la policía no intervino -al menos oficialmente- en las concentraciones, otro logro popular en medio de las denuncias dentro y fuera del país por la ferocidad de la represión.
Colombianas y colombianos volvieron a llenar las calles de las principales ciudades en este nuevo paro nacional, un día antes de que el Gobierno se siente a dialogar con delegados de los manifestantes.
El fiscal general, Francisco Barbosa, entregó a la OEA y la ONU un informe sobre “el esclarecimiento de homicidios directamente relacionados con las manifestaciones” y el “abuso de la Fuerza Pública a los ciudadanos”.
En total, 43 personas murieron en las últimas tres semanas, todos manifestantes con la excepción de un policía. Este miércoles, sin embargo, la situación reportada desde diferentes ciudades fue de calma.
Barranquilla, Cali, Bogotá, Cúcuta, Medellín, Popayán, Bucaramanga y otras ciudades volvieron a ser escenario de las mayores movilizaciones, que se repitieron, con formatos diversos, en otros municipios.
Hubo cacerolazos, festivales, caminatas, actos culturales y escasos bloqueos de calles y rutas; hubo alegría por los avances en la lucha y dolor y tristeza al recordar a las víctimas de la represión de Duque.
En Cali, epicentro de las mayores represiones de la policía, el alcalde Jorge Ospina dispuso que no desplegaría policías antidisturbios en las calles, al igual que la gobernación del departamento de Boyacá.
Aún así, se reportaron lanzamientos de gases lacrimógenos vencidos y abusos del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la policía en varias ciudades como Popayán y Medellín.
Sobre el final del día, noticias con imágenes que legaron desde Bucaramanga hicieron referencia a ataques de la policía contra os manifestantes.
En Bogotá, la protesta fue multitudinaria y muchos ciudadanos abandonaron tempranamente la céntrica Plaza Bolívar cuando se supo que el Congreso había volteado la reforma sanitaria de la derecha.
La minga (caravana) indígena fue una vez más protagonista de las protestas pacíficas, coloridas pero aguerridas y firmes en la capital, en Popayán (departamento de Cauca) y Medellín (Antioquia).
En términos generales y masivos, la protesta de este miércoles fue imponente y cargada de emotividad. Movilizaciones pacíficas, cantos, tambores, banderas y una gran apuesta a la paz, contracara del gobierno.
La extrema derecha que encarga el uribismo, la oligarquía inserta en el poder de Colombia desde hace décadas, quedó una vez más en evidencia: la movilización popular se mantiene inalterable, masiva, pacífica, firme.
El gobierno y quienes lo sostienen vuelven indisimulable la correlación de fuerzas: en las calles gana el pueblo y la dirigencia política debe dar respuestas o irse.
Sin policías y sin paramilitares baleando manifestantes, la derecha no entiende la lógica de la política. No está en su esencia, no se reconoce a sí misma. Por esta razón, hoy te tejió un capítulo de una historia que no acaba.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)