Por la continuidad transformadora
02 febrero, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
Bajo atenta mirada regional se celebran elecciones generales en Ecuador
El Alba quiere mantener otro gobierno. Los aliados de Washington sueñan con un triunfo de la derecha. El 19 de febrero será la primera vuelta. El candidato oficialista llega con clara ventaja.
Todas las encuestas ubican en la primera posición a Lenín Moreno, el postulante de Alianza País quien fue vicepresidente de Rafael Correa. Los mismos sondeos le dan además un amplio margen de diferencia sobre cada uno de los siete candidatos opositores. Sin embargo, no es posible adelantar si Moreno logrará o no ganar las elecciones en primera vuelta, para lo que necesitaría más del 50% de los votos válidos o más del 40% y 10 puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo más votado.
Quien mayores chances parece tener de alcanzar la segunda posición y eventualmente enfrentar al candidato oficialista en un balotaje es el banquero Guillermo Lasso, principal representante nacional de la derecha liberal y los grandes capitales. En 2013, su candidatura logró concentrar los votos opositores para alcanzar la segunda posición con el 22,68%, muy por debajo del 57,17% obtenido por Correa. Ahora va en una alianza con la organización que encabeza el alcalde de Quito, Mauricio Rodas.
Otra aspirante a llegar a un balotaje es Cynthia Viteri, del Partido Social Cristiano que lidera Jaime Nebot, el alcalde de Guayaquil desde 2000. Viteri es la única candidata mujer entre las ocho listas presentadas y desde ese lugar busca captar los votos necesarios para desplazar a Lasso, ya que no muestra diferencias ideológicas con él.
Detrás, con mínimas expectativas de dar una sorpresa, aparece la única alternativa opositora que busca confrontar con el oficialismo desde la llamada centroizquierda. Bajo el paraguas de la coalición Acuerdo Nacional por el Cambio, el militar retirado y ex alcalde de Quito (2000-2008) Paco Moncayo presenta un programa socialdemócrata que incorpora algunas demandas sociales. El referente de Izquierda Democrática integra una alianza junto a Pachakutik, el Partido Comunista Marxista-Leninista de Ecuador, algunas facciones de izquierda y movimientos provinciales.
El listado de aspirantes a suceder a Rafael Correa lo completan Iván Espinel (Compromiso Social); Patricio Zuquilanda (Partido Sociedad Patriótica), ex canciller del gobierno de Lucio Gutiérrez; el ex fiscal general Washington Pesántez (Unión Ecuatoriana) y Abdalá Bucaram (Fuerza Ecuador), hijo del ex presidente homónimo.
También se renovarán las 137 bancas legislativas de la Asamblea Nacional, donde Alianza País tiene una mayoría propia que difícilmente pueda retener, aunque nadie duda que seguirá siendo la primera fuerza parlamentaria. Lo mismo ocurrirá con las asambleas provinciales, los representantes legislativos del exterior y cinco representantes al Parlamento Andino. La particularidad de estas elecciones generales está en la consulta popular que impulsó el Gobierno respecto de los paraísos fiscales (ver recuadro).
Una década que deja una huella profunda
La candidatura de Lenín Moreno se apoya en los 10 años de gobierno de Correa, bajo el proceso de la llamada Revolución Ciudadana, que el 15 de enero celebró una década de transformaciones sociales históricas.
En un acto multitudinario en Guayaquil, al que acudieron unas 90 mil personas, el Presidente advirtió a la militancia del movimiento Alianza País que “la oligarquía tiene más conciencia de clase que los pobres y la clase media, y con sus medios de comunicación pueden hacer opinar a las grandes mayorías incluso contra sus propios intereses”. El mensaje apuntaba a las fuertes arremetidas mediáticas contra el Gobierno, que se intensifican a medida que se acercan las elecciones.
Más de dos millones de personas dejaron la pobreza en los últimos 10 años, en un país de 16 millones de habitantes. La inversión pública fue récord y el país dio un salto en todos los niveles del sistema educativo y en la salud pública. Sin embargo, en los últimos dos años la caída del 40% en las exportaciones petroleras puso en jaque a la economía nacional. “La economía no ha colapsado, sino que ya muestra importantes signos de recuperación. Y todo esto sin los paquetazos, que por mucho menos de lo que hemos tenido que enfrentar nos daban cada años los gobiernos del viejo país”, resaltó Correa. “Hay convicción, hay legado, hay candidato”, concluyó con entusiasmo.
Sobre esta base e impulsado por el importante apoyo popular que genera la Revolución Ciudadana, Moreno busca afirmar ese voto y ampliarlo para llegar a algunos ciudadanos indecisos. De perfil conciliador y dialoguista, el candidato de Alianza País llamó a continuar la tarea iniciada en 2007, al afirmar que “la misión es eterna, es ahora todo el Ecuador”.
Paralelismos de campaña
La facción principal de la derecha, encabezada por Guillermo Lasso, logró mantenerse como eje central de la oposición desde el final de las últimas elecciones y lleva varios años en campaña por la presidencia. Apoyado en lemas básicos como “la necesidad de un cambio” y la supuesta capacidad empresarial para conducir gobiernos, Lasso cree poder replicar en Ecuador el triunfo que Pedro Kuczyinski logró en 2016 en Perú y Mauricio Macri en 2015 en Argentina. En su libreto liberal pro Washington el banquero no oculta su desinterés por la integración política regional y en más de una ocasión recomendó a Correa vender el edificio de la sede de Unasur (ubicada en Quito) para reducir el gasto público.
Lasso también aprovechó el golpe que significó la caída de los precios del petróleo a la economía nacional para atacar la gestión económica presidencial. Durante su primer acto oficial de campaña presentó su propuesta de eliminar 14 impuestos para atraer la inversión, a la banca extranjera y fomentar el emprendimiento. Entre ellos se encuentran los impuestos a la renta, la plusvalía, la tierra agrícola y la salida de divisas. Es un programa similar al de otros gobiernos de derecha de América Latina.
El intento por presentar una amplia coalición opositora que no dejara margen a otras alternativas, al estilo de la MUD venezolana, culminó en un fracaso estrepitoso por pujas internas, ambiciones personales e incompatibilidades lógicas. Bajo el nombre Unidad, agrupaciones de derecha se habían reunido y cooptado a algunos referentes indígenas (entre ellos de Pachakutik) con el argumento de que esa era la única vía para derrotar al oficialismo en las elecciones.
En la vereda de enfrente, para confrontar con la oposición nacional el oficialismo expone medidas políticas y económicas antipopulares de gobiernos de derecha en la región, como los de Argentina, Brasil y México, donde la calidad de vida de sus habitantes se vio afectada. Y reivindica el bloque del Alba junto a Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba y otras islas del Caribe.
La decisión estará en manos de los 12 millones 800 mil ciudadanos convocados a votar. De ser necesario habrá una segunda vuelta electoral el 2 de abril y el próximo presidente de Ecuador asumirá el 24 de mayo.
Novedosa consulta popular
Luego de la difusión en abril del los llamados Panama papers, planificada filtración de documentos sobre empresas fantasma establecidas en paraísos fiscales para evadir impuestos, el gobierno ecuatoriano preparó una consulta inédita. El 19 de febrero los ecuatorianos podrán responder por Sí o por No la siguiente pregunta: “¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?”.
El caso golpeó al candidato Guillermo Lasso, que tiene empresas radicadas en Panamá y es uno de los principales accionistas del Banco de Guayaquil, cuyo directorio encabezó hasta 2012. Pero sobre todo impone un desafío mayúsculo, ético y político, a futuros aspirantes a cargos de elección popular, gobernadores, alcaldes, legisladores y funcionarios del Estado.
Desde el Gobierno aseguran que la medida ayudará a combatir la corrupción y busca generar un compromiso ético y de coherencia por parte de los políticos y funcionarios públicos con el país. En términos económicos se estima que unos 30 mil millones de dólares (casi un tercio del PIB) de ecuatorianos están en paraísos fiscales. La medida permitirá que una parte de este dinero regrese al país.
Para el presidente Rafael Correa, la consulta puede dar un ejemplo a América Latina y el mundo y generar un efecto dominó. Al asumir la presidencia rotativa del G77 en la ONU, Ecuador hizo hincapié en la lucha contra los paraísos fiscales para que sean expresamente prohibidos por la legislación internacional.
Por el No harán campaña seis organizaciones políticas y tres ONG, mientras que cuatro partidos y ocho organizaciones sociales lo harán por el Sí. Si se aprueba la propuesta, la Asamblea Nacional tendrá un año para reformar las leyes pertinentes y adecuarlas al mandato popular.