Provincia de Argentina prohíbe la cría de salmones
La provincia de Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina, aprobó una legislación pionera en el mundo, al prohibir por ley la cría de salmones en jurisdicción provincial.
La medida, que atiende especialmente la zona del Canal Beagle, cuyas aguas comparte con Chile al sur del continente, fue catalogada “histórica” debido a la protección que supone para el medio ambiente marítimo.
La norma, sancionada por unanimidad en la Legislatura fueguina, era un anhelo de instituciones y entidades ambientalistas, tanto locales como del ámbito nacional e internacional.
Representa el corolario de un proceso iniciado en 2018, cuando se instaló con fuerza el posible establecimiento de salmoneras (jaulas para la cría de salmones en cautiverio) en el lecho marino del Beagle.
El viceministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Sergio Federovisky, resaltó esta norma «tanto por lo que significa como introducción de una especie exótica, como por los impactos que tiene sobre la flora y la fauna local».
También entraron en juego «la competencia desleal que hace de especies autóctonas (ya que) la salmonicultura como está planteada en la actualidad solo significa un beneficio económico para un sector muy acotado».
El viceministro de Medio Ambiente señaló que este negocio , además, implica «un alto perjuicio para una región cuya potencialidad del ambiente, explotado de manera sustentable, resulta crucial para pensar el futuro de otro modo”.
Varios diputados pusieron como ejemplo los daños confirmados en el sur de Chile por el desarrollo intensivo de esta industria, ya que el vecino país “está sufriendo la degradación de su ambiente marino por las salmoneras».
El salmocultivo es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales, donde los peces engordan en “jaulas de redes abiertas o flotantes” ubicadas normalmente en bahías y fiordos a lo largo de las costas.
Las salmoneras son una industria contaminante, precisamente, por tratarse de cría de salmones en enormes jaulas emplazadas bajo el mar, por lo que afecta a los fondos marinos, a la pesca artesanal y a la fauna local.
Además, contamina las aguas con químicos, antibióticos y desechos. El caso de Chile es revelador, ya que, como en otras partes del mundo, esta práctica provocó desastres ecológicos.
Si bien en Argentina es un tema prácticamente desconocido a nivel medios hegemónicos, en Chile conocen de los estragos que la industria salmonera genera, recuerda Revista Cítrica, que trata el tema desde hace varios años.
Señala que la resistencia se inició en 2018, cuando cobró fuerza el posible establecimiento de salmoneras en el Beagle y provocó la movilización de organizaciones populares, ONG, CONICET (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología), la Universidad Nacional de Tierra del Fuego y asambleas ecologistas.
Entre todos los sectores conformaron un frente de resistencia a los proyectos extractivistas con empresas noruegas, tras los acuerdos derivados de un convenio de cooperación firmado por Mauricio Macri.
Cítrica, cooperativa de trabajo periodístico de Argentina, elaboró hace un mes un informe detallado de la grave situación que se abría en la provincia de la Patagonia argentina, a partir de la experiencia de Chile.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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