Se lee y se escucha con insistencia en la prensa y demás medios de la derecha y sus aliados, que en los países que se oponen al imperialismo, no hay democracia. Una afirmación que sirve a la estupidez ilustrada, para camuflar su endeble discurso frente a los desmanes que causa el infesto modelo capitalista que proclaman, glorifican e intentan imponer a sangre y fuego a toda la humanidad.

En ese orden de ideas, es menester señalar que, contrario a las pretensiones imperiales, en el mundo libre, autónomo, no alineado, respetuoso y consustanciado con la infinita tarea de hacer humana a la humanidad: Queremos democracia, más y mejor democracia, participativa y protagónica, sin hegemonías imperiales, ni modelos económicos dogmáticos capitalistas y/o neoliberales; sin groseras fortunas en manos de pocos, ni modelajes vergonzosos de lujo y confort que entre luces y bambalinas anuncien su seudo libertad.

Si señores del imperio, las y los hombres libres del planeta: Queremos democracia, que se respete la decisión de las mayorías, que los pueblos gobiernen sus pueblos, que ustedes se aparten y dejen que en el mundo que cada nación desarrolle su vida con la autodeterminación que les dicta su consciencia.

Queremos democracia, no la democracia de los auto predestinados para mandar, ni la que sus arrastrados cancerberos proclaman con su accionar contra socialista, sus incoherencias anti comunistas, sus praxis anti sociales, anti pueblo, anti vida.

Queremos nuestra democracia, la que nace del poder popular en cada calle de la patria, la que acude al debate por la construcción de una sociedad justa, exorciza las manipulaciones ideológicas y alcanzan la libertad.

Una democracia que cree en el “Mercado de los Libres”, la Igualdad, la Solidaridad y la Complementariedad; en la participación de todos, en combate contra las hegemonías, el dogmático consumismo, la grosera acumulación y el esclavismo explotador disfrazado de “trabajo honrado”, redentor de los pecados, obediente de sus amos y manso ante el Dios del mercados y sus abominables imposiciones.

Queremos libertad, no la de Superman, Batman y Robín, la Mujer Maravilla, el Mundo de Marvel, Disney, y demás necrotizantes de consciencia que pululan en los medios y redes, cargados de macartismo, idiotez ilustrada, racismo, xenofobia; cimientos de las ignominias de la madeja capitalista y sus vicios, atalaya para los infames señores de la muertes con sus propiedades privadas de humanidad, domesticadoras de masas, invasoras de culturas y negadoras de la diversidad.

Queremos democracia y libertad. La democracia que se vive en Venezuela, Nicaragua, Cuba, Irán, Rusia, China, Siria, Palestina, Vietnam y más allá, esa democracia que se construye desde la vida en correspondencia a sus cosmogonías y no en favor de sus opresores.

Por ello mientras los imperialistas insisten en imponer su derruida “democracia,” la misma que obvia la participación de sus ciudadanos, niega derechos a sus minorías y exporta la violencia contra la humanidad. Nosotros, insistimos en decir: Queremos Democracia y Libertad

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