Frente a la idiotez intencional e ilustrada de los pavosos relatores de las oposiciones venezolanas, es muy poco lo que hay que agregar, pues tienen 22 años masticando las mismas frases y los mismos argumentos a favor de los explotadores de siempre, en contra la clase trabajadora y con devoción a la división de clases y al desprecios contra socialista y anti bolivariano.

En ese orden de ideas, los anclas de radio y TV sumados a los “influencer de la derecha” de las redes sociales, apuestan con vano afán por el fracaso de toda iniciativa del Estado Bolivariano y Chavista claramente expresado en la constitución de la República y a pesar que la realidad les derrota en cada contienda electoral y política, siguen por la senda de la sinrazón argumentando como justificación sus propios fracasos.

Sin embargo, la contundencia de los resultados logrados por la revolución en cuanto a organización políticas del poder popular y avance sociales en materia de salud, vivienda y educación, pulveriza cualquier malévola opinión contra la democracia participativa y protagónica que encarna el partido más grande y mejor organizado del país, el PSUV; pues por una parte, sus participaciones en los procesos son impecable, con alto nivel de madurez política y encarnado en el poder popular, y por la otra, con cada triunfo, se reafirma en el compromiso indeleble con el pensamiento praxis legado por el Comandante Chávez: Unidad, Lucha, Batalla y Victoria.

Ahora bien, más allá de los desvaríos de los relatores de las oposiciones y sus incongruentes análisis sobre la realidad político-social del país, la revolución bolivariana ha dejado claro que la democracia en Venezuela es participativa y protagónica, y ella se expresa en el debate social propositivo y maduro en correspondencia a las exigencias de la coyuntura político, económica y social que se deriva de la confrontación entre los fines y metas de la revolución y el bloqueo criminal que mantiene el Imperio y sus secuaces en contra de todo el pueblo.

Por ello, la convocatoria a Diálogo y Negociación en México entre los sectores opositores y el gobierno bolivariano, es un ejemplo de la magnificencia democrática que los chavista ponen al servicio de la humanidad, las cuales, con su ejecutoria, demuestran, el alto nivel de organización de sus fuerzas para la construcción de un Estado comprometido con la liberación de las cadenas imperiales y al ejercicio pleno de la autodeterminación que nos corresponde como nación libre.

En ese sentido, los ojos del mundo están puesto en el proceso de Dialogo y las oposiciones tiene la oportunidad de exponer sus propuestas y posiciones con el furor que les caracteriza frente a quienes de ordinarios entienden que hay que ser irreverentes en la defensa de la diversidad, pero centrado en el orden institucional del Estado.

De allí que, salvo contadas excepciones, que por “emocionalidad perversa”, “intereses particulares”, y/o “incomprensión de los objetivos de la convocatoria” apuestan al fracaso del dialogo y a la capitulación de la revolución bolivariana; las derechas comprometidas con el dialogo, han asumido una agenda para la discusión que de entrada reconoce al Gobierno Legítimo del Presidente Nicolás Maduro y a las instituciones de Estado Boliviano, pues al sentarse en México, están asumiendo la política de paz anunciada y proclamada por el Presidente Maduro desde la máxima magistratura de la patria.

Por otro lado, para nadie es un secreto que junto o por separados, las oposiciones en mayor o menor medida están maniatadas por el imperio, y su capacidad de decisión, pasa por el manejo que la casa blanca le quiera dar a los objetivos sustanciales y estratégicos de este nuevo intento por traer a las oposiciones a la senda democrática.

En ese sentido, EEUU en palabra del subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Kevin O’Reilly reitera su compromiso de “revisar las sanciones” contra la patria de Bolívar y Chávez, demostrando con sus palabras el carácter unilateral, coercitivo e ilegal de las mismas. Bien lo ha dicho el Presidente Maduro: Contra Venezuela no cabe ningún chantaje, nosotros somos libres, y estamos determinados a seguirlo siendo. Las cartas están echadas por la paz, y el pueblo está resteado y consciente con su revolución, pues nuestro destino es vencer.

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