Castillo traza un complejo equilibrio de fuerzas en Perú
23 agosto, 2021
category: zBOLETIN SEMANAL, zBS13
Por Adrián Fernández
Este jueves 26 de agosto será un día clave para el Gobierno del flamante presidente de Perú, Pedro Castillo. Su gabinete deberá presentarse ante el Congreso en busca del voto de confianza ante una mayoría controlada por una derecha que nunca pudo digerir el triunfo de un partido de izquierda en las Presidenciales.
Luego de la comparecencia, el Legislativo votará si da su apoyo al gabinete que comanda Guido Bellido, ratificando así su nombramiento presidencial en un mecanismo constitucional conocido como «Cuestión de confianza».
Según la Constitución Política del Perú (Art. 118, 130, 132, 133, 134), la Cuestión de Confianza es un mecanismo por el cual el Ejecutivo consulta al Congreso para saber si cuenta con su apoyo para seguir gobernando.
En sesión extraordinaria del Congreso, Guido Bellido, Presidente del Consejo de Ministros, acompañado del gabinete, expondrá los lineamientos de las principales políticas del Gobierno y el nuevo equipo de ministros.
Para ser aprobada, la Cuestión de Confianza debe recibir el voto a favor de la mitad más uno del número de congresistas (66 votos), algo imposible de alcanzar para el oficialismo y sus aliados sino cuenta con apoyo de otros sectores.
Este fin de semana, el legislador Edwin Martínez, del partido centroderechista Acción Popular (AP), aseguró que su bancada le dará el voto de confianza a Castillo, aunque pidió nuevos cambios de gabinete.
Aún así, los votos siguen siendo insuficientes. Contando los apoyos de AP, el oficialismo lograría 58 de los 66 votos necesarios para salir airoso de esta situación.
El gabinete de Bellido cuenta con 42 votos seguros, pertenecientes a Perú Libre y a su aliado Juntos por Perú, también de Izquierda. Con AP, incorpora otros 16 apoyos.
Desde la derecha, Fuerza Popular (FP), Renovación Popular (RP) y Avanza País (AvP) no reconocen el triunfo electoral de Castillo, más allá de los cuestionamientos que le hacen por sus ideas de izquierda. Todos reúnen 43 votos.
La definición podría estar en manos de los 9 congresistas de la alianza de centro Somos Perú – Partido Morado, los 5 del partido de derecha Podemos Perú y los 15 del partido de centroderecha Alianza Para el Progreso.
¿Si no hay apoyo?
Según la Constitución Política del Perú, si el Congreso no aprueba la Cuestión de Confianza se produce una crisis ministerial total y el gabinete en pleno renuncia. El Presidente deberá modificar su equipo e iniciar un nuevo proceso.
De no contar con la aprobación y persistir en su gabinete, Castillo arriesga un juicio político que, al igual que varios de sus antecesores, podría desalojarlo del poder.
Si la mayoría del Legislativo niega el voto de confianza a dos gabinetes de un mismo gobierno, el Presidente de la República puede disolver el Congreso.
El decreto respectivo deberá incluir una convocatoria a nuevas elecciones congresales dentro de los 4 meses posteriores a la disolución.
La Constitución también precisa que la Comisión Permanente del Parlamento seguirá en funciones y que el Congreso no puede ser disuelto en su último año de mandato.
El apoyo de la derecha «centrista» comenzó a destrabarse luego de que Castillo pidiera la renuncia del ministro de Exteriores, Héctor Béjar, quien al dejar el cargo alertó sobre el volcán en el que está parado el Presidente.
Tras la cabeza del canciller, están en la mira otros tres ministros del gabinete que comanda Bellido: Juan Carrasco (Interior); Walter Ayala (Defensa) e Iber Maraví (Trabajo).
Ante el cuadro complejo en el Legislativo, el presidente Castillo pidió en varias oportunidades en la última semana frenar el enfrentamiento entre los dos poderes.
El último viernes, a través del Foro del Acuerdo Nacional, Castillo presentó los Consensos Por El Perú, una serie de lineamientos en seis temas prioritarios para el país.
Allí «demostramos que sí es posible consensuar, con un diálogo abierto entre varios actores, en favor de la gobernabilidad y de los más vulnerables», señaló el mandatario, quien asumió el pasado 28 de julio.
«No podemos seguir sacándonos los ojos mientras el pueblo está en la punta del cerro sin agua; no podemos hacer eso mientras la gente está muriéndose en los hospitales, mientras la clase obrera necesita empleo, necesita trabajo», dijo.
La presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, también del partido Acción Popular, pidió al presidente que «escuche al pueblo porque un 79% no quiere a este gabinete ministerial».
Alva hacía referencia a un sondeo privado según el cual la mayoría de los encuestados rechaza las designaciones. Otro de los raros argumentos de la derecha: transformar el voto popular a favor de Castillo por los indicadores de una encuesta.
«Le dijimos el día de hoy a la presidenta del Congreso que, antes de buscar la confianza entre el Ejecutivo y el Legislativo, tenemos que bajar al pueblo para que el pueblo confíe en sus autoridades, en sus instituciones, en las instituciones del Estado», afirmó el jefe de Estado.
Frente interno
Al canciller Béjar, obligado a renunciar tras haber dicho -en febrero pasado- que la Marina de Perú tuvo un rol destacado en el inicio del «terrorismo» en el país, lo sucede Óscar Maúrtua (foto superior), quien ocupó el mismo cargo hace 15 años durante el Gobierno de Alejandro Toledo.
«El terrorismo en Perú lo inició la Marina y eso se puede demostrar históricamente. Estoy convencido, aunque no puedo demostrarlo, que Sendero Luminoso ha sido en gran parte, producto de los servicios de la CIA y la Inteligencia norteamericana», señaló el ahora excanciller.
«Acepté el cargo para servir al país», dijo el nuevo canciller, que además de ser ministro de Toledo, es un veterano diplomático que encabezó embajadas en varias gestiones como las de Alberto Fujimori y Alan García.
Sin abrir prejuicios, Béjar y Maúrtua no tienen demasiado en común, más allá de que sea el presidente Castillo quien determine la política exterior de su Gobierno, anunciada por el ahora excanciller a comienzos de agosto.
La renuncia de Béjar fue una concesión difícil de digerir para los sectores políticos que apoyan al presidente Castillo, incluyendo congresistas de su partido, Perú Libre.
«Espero sea una broma de mal gusto la novedad que será Oscar Maúrtua el nuevo canciller. Una persona alineada a la política injerencista de los Estados Unidos no puede representar a un gobierno de izquierda», escribió el congresista Guillermo Bermejo.
Lo mismo sucedió con el presidente del partido Perú Libre, Vladimir Cerrón, con su contundente apoyo a Béjar y el lanzamiento de un alerta sobre intentos de la derecha para imponer miembros al gabinete.
La sesión extraordinaria del jueves será un tamiz donde se verá lo que queda y lo que no en cuanto a las relaciones de fuerza entre el Ejecutivo y el Legislativo; entre el Gobierno y la derecha voraz y entre los diferentes espacios que conforman el oficialismo que acompaña a Castillo. No es poco lo que se juega.