Sebastião Salgado, un ojo latinoamericano enseñando sobre el hombre y el mundo
27 septiembre, 2021
category: DOCUMENTOS, PARAGUAY
Por Jorge Zárate
El más grande de los reporteros gráficos de estas tierras fue galardonado en la semana con el “Praemium Imperiale”, considerado el Nobel de las Artes. Un acto de justicia para este brasileño gigante de la imagen al que su preocupación humanista lo llevó a mostrar el hombre y el ambiente en los más diversos paisajes del mundo. “No puedes fotografiar si no eres parte de lo que estás viendo”, supo decir el autor de «Amazônia», el impresionante libro que concibió para abogar por la selva que es pulmón del planeta.
“Tiao” encontró el placer de mirar en las montañas de su natal Aimorés, en Minas Gerais, aquí nomás en el Brasil profundo.
Sin embargo fue en Paris, en el exilio al que lo llevó la dictadura en los 70´, donde su inseparable compañera Lélia Wanick, le prestó la cámara de fotos que había comprado para registrar sus trabajos de campo de la carrera de arquitectura.
“Me la robó”, dijo la mujer contando que fue allí cuando Sebastiao montó un laboratorio y “empezó a hacer unas fotos muy lindas”.
Salgado es doctor en Economía y en ese entonces trabajaba en la Organización Internacional del Café (OIC) pero algo fuerte pasó en él desde esa primera toma que hizo de Lelia en la ventana.
Algo que lo llevó a dejar el mundo de los fríos números para ser fotógrafo de calle, de cumpleaños, de concebir los primeros viajes para la agencia Gamma. Luego ya vendría la Magnum, y después, de un profundo estudio autodidacta y dedicado, de viajar por más de 100 países con la cámara a cuestas, llegar a la consagración.
Acaba de ganar merecidamente el premio de la categoría de Pintura en la 32ª edición del “Praemium Imperiale”, el galardón japonés que es considerado el premio máximo para las artes.
Destacaron allí «la obra de toda una vida, un talento extraordinario, la capacidad artística y el significado internacional» del trabajo de este gran artista del blanco y negro, sus tomas que combinan «dramatismo» y «perfección artística» y ponen en el centro a «la naturaleza y la fragilidad del mundo y sus habitantes», indicó la organización.
Desde “Otras Américas”, su primer libro, Salgado lleva 50 años mostrando al mundo sus injusticias, desigualdades, sufrimientos, pero también edificando un sentido de humanidad conmovedor.
La foto de los “garimpeiros” en la mina de oro de la Serra Pelada, es quizá uno de los cuadros realistas más contundentes del siglo XX.
Trabajará luego en “El Sahel” el desierto africano haciéndose carne en hombres resecos en terrible blanco y negro.
En “Exodos” aborda las migraciones con imágenes tomadas en 35 países durante 6 años y hace realidad aquello de la imagen que vale mil palabras.
“La mano del Hombre”, “Trabajadores”, “Gold”, dan cuenta del mundo obrero en una reflexión magistral sobre sus claroscuros.
“Génesis” es la tierra como dimensión de vida: Solo hay que ver las tomas del iceberg en el mar de Weddell; los volcanes Tolbachik y Kamen; la de los jóvenes trepando árboles gigantes en la isla Siberut en la Sumatra occidental; un campamento ganadero en Sudán del Sur, una vista aérea de las Anavilhanas: unas 350 islas llenas de árboles del río Negro, en Brasil, que forman el archipiélago continental más grande del mundo.
Fotografiar es pintar o dibujar con la luz. Así lo cuenta en el muy buen documental “La sal de la tierra” que dirigió el laureado cineasta alemán Wim Wenders ayudado por Juliano Salgado, documentalista, hijo de Sebastiao.
Así se ve en sus fotos.
«Amazônia», una obra cumbre
A sus 77 años Sebastião Salgado, sigue adelante con muestra de «Amazônia», un libro de 500 fotos, resultado de unas 50 expediciones al corazón de la selva que le tomaron 7 años de realización entre 2013 y 2020.
Parte de ese acervo se expone en la Filarmónica de París hasta el 31 de octubre. Son 200 fotografías “que sacan a la luz toda la riqueza de uno de los mayores patrimonios naturales de la humanidad”, consideró Radio Francia Internacional (RFI).
La muestra es genial y parte de un hecho mínimo.
Salgado canta mientras trabaja y contó en una entrevista que interactuando con los habitantes del Amazonas se dio cuenta que todo lo hacen cantando, en un entorno donde la música es nodal, está en los pájaros, en las voces animales, en el río, las cascadas, en las hojas al viento, en la lluvia intensa y gutural.
Entonces fue así que consiguió que Jean Michel Jarré, elgran músico electrónico, engalanara con una suite creada al efecto, las impresionantes proyecciones en pantallas tamaño cine. Basado en archivos musicales tomados en el Amazonas, tratados con la refinación sonora que caracteriza al artista galo, el resultado es excepcional según comentan los principales medios franceses en estos días.
En otra sección de imágenes fastuosas, usó el poema sinfónico de Heitor Villa Lobos “Erosión, el origen del río Amazonas” recordando las montañas del Ande en el que nacen sus aguas “que están intactas, vírgenes desde hace 2 mil años”.
Salgado, que reforestó las 600 hectáreas que heredó de su padre en Minas Gerais, invita a detener la brutal tala de la selva que se vino registrando en la última década. Quiere llegar a producir un millón de plantines de árboles del Bosque Atlántico Interior para reproducirlos en los terrenos de los que se sumen a su tarea. Sueña con recuperar al menos 5 mil grandes espacios en un corto lapso.
Asegura que Brasil obtendrá más recursos financieros si conserva la selva que si la tira abajo y que es hora de revertir el paradigma del extractivismo.
Lo explica así: “Necesitamos la Amazonia porque es la mayor concentración de biodiversidad del planeta”, argumenta. “La necesitamos por las aguas: es la mayor concentración de agua dulce del planeta. Y por la humedad que se distribuye en todo el planeta por medio de los ríos voladores, un concepto nuevo: hay más agua que se evapora de la Amazonia por vía aérea cada día que el volumen de agua que el mayor río del mundo, que es el Amazonas, echa en el océano Atlántico”.
Y agrega: “Recientemente, los científicos han descubierto que cada árbol adulto del Amazonas tiene una capacidad de evaporación de unos 1.200 litros de agua al día. La cantidad de humedad que evaporan crea unas nubes impresionantes que generan las lluvias sobre el Amazonas, aunque también parte de ellas son llevadas por el viento. Una parte de la humedad que ustedes tienen en Europa procede de ahí. Dependemos muchísimos de esa contribución amazónica hacia el resto del planeta”.
El Amazonas es el paraíso, repite y muestra, como nadie antes supo hacerlo.
El Preamium Imperiale
Creado en 1988 por la Asociación de Arte de Japón, el prestigioso Praemium Imperiale (Takamatsu no miya denka kinen sekai bunka-shō, en japonés) otorga una medalla de oro y 15 millones de yenes (125.000 euros) a cada galardonado. Tradicionalmente, la ceremonia de entrega se celebra en Tokio en octubre, en presencia del príncipe Hitachi, hermano menor del emperador Akihito. Sin embargo, debido a la pandemia de Covid-19, el acto se celebrará de forma virtual.
El 32º Praemium Imperiale también premió al escultor estadounidense James Turrell, que utiliza el espacio y la luz como medio de expresión, y al arquitecto australiano Glenn Murcutt, conocido por sus casas modernistas integradas en el entorno rural (ganador del premio Pritzker en 2002).
En la categoría de Música, el ganador fue el chelista Yo-Yo Ma. Estadounidense e hijo de padres chinos afincados en París, ha grabado más de 100 álbumes y ha ganado varios premios. Entre ellos, 18 Grammys ganados a lo largo de su carrera.
El Premio Nobel de las Artes de este año decidió no premiar la categoría de Teatro/Cine «debido al impacto de la pandemia de coronavirus». En un comunicado, la Asociación de Arte de Japón dijo que, con la crisis sanitaria, muchos candidatos no pudieron cumplir los requisitos, lo que llevó al jurado a descartar el premio.
El galardón está relacionado con la familia imperial y la Asociación de Arte de Japón con una serie de asesores internacionales como miembros de la familia Rockefeller, por ejemplo. Un premio con una importante trayectoria que ya galardonó a fotógrafos como Cindy Sherman o Hiroshi Sugimoto dentro de la categoría de Pintura.
Otros premios
Este galardón viene a sumarse a la Visa de oro de honor de Figaro Magazine que recibió Salgado recientemente en el 33 del festival de fotoperiodismo Visa pour l’Image, el más prestigioso encuentro de fotoperiodismo del mundo. “Es un inmenso placer y honor”, dijo en la oportunidad acompañado de su esposa Lélia, mientras era ovacionado y aplaudido por sus pares.
Salgado también fue merecedor, entre otros premios, el W. Eugene Smith de Fotografía Humanitaria (1982); caballero de la Legión de Honor en Francia; World Press Photo (1985); Hasselblad (1989); premio Príncipe de Asturias de las Artes (1998); premio de la Sociedad Geográfica Española (2019).
Artículo original publicado en La Nación (Paraguay) y en La Página de Aguará.