Un montón de mujeres – Por Nahir González
Este 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, formalizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1975. Una de las pioneras fue la escritora y filósofa feminista inglesa Mary Wollstonecraft, que en 1792 escribió Vindicación de los Derechos de la Mujer, mucho antes que Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott convocaran en Estados Unidos, en 1815, a protestas masivas por los derechos de las mujeres a participar en la vida religiosa, social y política para todas.
Fue una lucha de tres siglos y medio atrás, que inició con la solicitud de reivindicaciones sociales, al trabajo digno, a la paridad de géneros, la libertad religiosa y laboral; fueron mujeres revolucionarias. Para 1908 una de las manifestaciones por el derecho al sufragio en Nueva York marcó el inicio de un cambio en la política, a nivel internacional: millones de mujeres se organizaban para protestar por los mismos derechos, que se discutían en el seno de asambleas llevadas por hombres; el patriarcado decidió parte del destino de la lucha, pero la forma y el contenido fue planteado por las mujeres y hasta ahora sigue siendo así.
La comunista alemana Clara Zetkin, pionera del movimiento de mujeres socialistas y militantes, en 1889. durante la Segunda Internacional Socialista, dio una de las peleas magistrales por los derechos de la mujer: trabajo, sueldos paritarios, derecho al voto y a la organización laboral, para esto impulsó diferentes medios escritos que apoyaran sus ideas junto a su gran amiga Rosa Luxemburgo. Para 1910 propone en la segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, que se conmemore un “Día Internacional de las Mujeres”, aprobado por las más 100 delegadas que asistieron al encuentro.
La ONU, sin embargo, destaca una fecha importante, las protestas por la paz y contra la guerra, que realizaron las mujeres en 1917 en la Rusia zarista, antecedente también de la Revolución bolchevique que ya se estaba organizando en ese país, huelga que duró varios meses y a la cual se unieron los trabajadores y acabó con la salida del zar.
En la actualidad la lucha por los derechos de la mujer siguen siendo en algunos puntos iguales, derecho a la inclusión política, a la igualdad salarial, a una vida libre de violencia, a decidir sobre su cuerpo, pensamiento y religión.
El esfuerzo, los asesinatos y persecuciones de las mujeres que han roto y marcado la historia ha valido que se sigan levantando voces a nivel mundial por el respeto a la vida, porque la violencia patriarcal no siga desatando odios contra nosotras y acusando que la crianza machista viene de casa y no impuesta por el sistema político que prima en nuestras sociedades modernas.
Artículo original publicado en Correo del Alba